¿Alguna vez te has parado a pensar de las consecuencias que puede tener difundir un bulo por Whatsapp?

Acatlán, Estado de Puebla, México. Un día cualquiera, comienza a circular por Whatsapp, entre sus vecinos, el siguiente mensaje: “Por favor, todos estén alerta porque una plaga de secuestradores de niños entró en el país”. Con el miedo en el cuerpo, los vecinos señalan a dos hombres.

Ricardo y Alberto habían sido vistos cerca de un colegio. Tenían que ser ellos. Ricardo tenía 21 años. Había crecido a las afueras para estudiar Derecho. Y Alberto, 43 años. Un granjero que vivió durante décadas en una pequeña comunidad al lado de Acatlán. El pueblo los había señalado. Al final, fueron detenidos y el boca a boca hizo que muchísimas personas se reuniesen alrededor de la Comisaría. La policía quería protegerles, pero no fue suficiente. La multitud estaba convencida.

Y al final, acabaron con la vida de estas dos personas. Forzaron las rejas de la comisaría, y los arrastraron fuera. Eran inocentes. Los golpearon con una brutalidad tremenda llegaron a rociarles combustible. Ahora, en Acatlán reina el silencio. Esta noticia tuvo sus consecuencias, y es que al menos 10 gobiernos estatales de México han lanzado una campaña de información alertando de la situación. De que no debemos fiarnos de todo lo que recibimos por mensajería instantánea. Este es un ejemplo de cómo un bulo, una noticia falsa que llega a tu móvil a través de Whatsapp puede tener un alcance tremendo y fatal.