Jon Uriarte analiza con Ángel Expósito una de las noticias más importantes y destacadas del día, pero a través de su particular visión de las cosas. Porque todo, hasta lo más serio, tiene su versión alternativa y, por qué no, surrealista. Sobre todo cuando la LINTERNA alumbra la actualidad y es Uriarte quien se encarga de seguir el haz de luz. Bueno, todo esto ha quedado muy bonito pero en realidad hace lo que le da la gana.

Rotas las negociaciones antes de empezar. Tanto follón para confirmar que la reunión entre el gobierno y la Generalitat estaba abocada al fracaso. Total, que nos hemos quedado sin saber quién iba a ser el famoso relator, lo que nos lleva a recordar esas otras cosas y oficios que desaparecieron con Jon Uriarte.

El oficio del relator es relatar lo que había escuchado. Más o menos como un juglar, otro oficio que decayó por lo difícil que es hacer de intermediario. Hay otras cosas que son recuerdos como la mili. Algún tiempo era obligatoria, pero cuando pasó a la voluntaria la cosa cambió.

Si el relator es un oficio extinguido, el de telefonista también lo es. Es muy raro ver un teléfono fijo en una casa si no es para la conexión a Internet. Otra de las cosas que van desapareciendo es el oficio de la tienda de revelado de fotos. Quedan, pero desde que existe la foto digital y los móviles la cosa ha cambiado. Otra cosa que tampoco se ve mucho son las diapositivas y las aventuras que suponía que las pusieran en clase. Ahora todo es vintage, un empeño por recordar cosas del ayer cómo jugar con un par de walkie talkies.