El sacerdote español, Jesús Boadilla es párroco de Paracaima, pueblo de Brasil fronterizo con Venezuela. El padre Boadilla se ha convertido en el salvavidas para muchos inmigrantes que llegan “sin nada”. Empezó hace año y medio dando desayunos a 80 personas y de ahí fue creciendo hasta llegar a la cifra de 1.600 personas. El sacerdote español ofrece lo que llaman “Café Fraterno” y consiste en que todas las mañanas, en el patio de la parroquia se reparte una bandeja con café y pan. El ejercito, en algunas ocasiones les regala fruta para ese desayuno. “Ellos son muy agredecidos” dice el padre. El proyecto no solo se basa en dar desayunos, si no que se centra en la agogida de los niños, puesto que el 25% de los refugiados son menores.

“Pueblo venezolano, pueblo que tiene hambre” remarca el padre Boadilla. Para muchos venezolanos, está es la única comida del día y lo que realmente importa es que "Los desayunos sean acompañados con una sonrisa".

El sacerdote Jesús Boadilla afirma rotundamente que esta es la misión de su vida. A sus 77 años aún no se ha retirado porque “dios le ha hecho un regalo”. Insiste en que tiene que ayudar a esas personas a no morirse de hambre.