BUENO, QUE TENEMOS ALGO PARECIDO A UN GOBIERNO....

España tendrá un Gobierno encabezado por un presidente al que no le importa ya nada condenar al insomnio al 95% de los españoles y por un vicepresidente que no cree en la Transición, echa pestes de la Monarquía Parlamentaria, defiende un referéndum de autodeterminación en Cataluña, respeta profundamente a Otegi y se inspira en figuras como Chaves, Maduro o Evo Morales, a los que asesoró personalmente durante años. Que se hayan fundido en un abrazo sin preguntar siquiera a sus bases y tras enviar a los Reyes a Cuba para que todo esto les pille lejos ayuda a entender por dónde van a ir los tiros en adelante. Agárrense que vienen curvas. El Frente Popular ya está aquí.

EL SEGUNDO CLAVO DEL DÍA

Pero si eso suena horroroso, aún hay algo peor: ese Gobierno frentepopulista estará además intervenido por los partidos que menos creen en España, todos independentistas, pero todos coherentes: siempre intentan hacer lo que dicen que quieren hacer. Sánchez tenía otras alternativas, con el PP dispuesto a escucharle, pero ha optado por culminar un camino que, en realidad, lleva explorando desde 2015. Con Frankenstein no va a llegar pues para definir este Gobierno y a sus aliados. Añadan también al hombre lobo y a una inquietante colección de vampiros.

TERCER CLAVO

Pues no salimos del terror para advertir de un último detalle. Europa ha salido en auxilio de Junqueras y Puigdemont, defendiendo de algún modo su condición de eurodiputados, a la vez que Sánchez e Iglesias sellaban su amor de conveniencia con un hipócrita abrazo que necesita del soberanismo para cuajar del todo. En política, las casualidades no existen. Y por alguna razón que se nos escapa, a todos éstos les están poniendo una alfombra roja que acabará, ya lo verán, manchada de barro.

¿ PINCELADA FINAL?

No es mal día para acordarse del caído Albert Rivera: le culparon de un bloqueo que solo Sánchez provocó para lograr más diputados y que ha acabado cuando él ha querido. Su injusta salida tienen moraleja para PP, Cs y Vox: o impulsan España Suma, o en España no va a quedar nada para sumar más allá de parados