¿QUÉ PASA CON LA VICEPRESIDENTA?

El primer clavo es para Carmen Calvo, la única que entre líneas ha dicho la verdad sobre las reuniones que desde esta tarde van a mantener el PSOE y ERC: entre maximalismos al alza de los republicanos y a la baja de los socialistas para que unos parezcan a punto de lograr la independencia y otros hacer pasar a Sánchez por un don Pelayo, la vicepresidenta ha revelado que están dispuestos a variar el Título VIII de la Constitución sobre la organización territorial de España. Éste es el tema. Ahora verán ustedes un acuerdo para la investidura que todos puedan vender sin ser corridos a boinazos, pero el pacto real se aplicará después, como siempre con Sánchez: primero amenaza con el 155 y, después de votar, les hace a todos ustedes la célebre coplilla del cinco.

EL SEGUNDO CLAVO DEL DÍA 

Pues se lo vamos a dar a Luis Enrique, a Moreno, a Rubiales y si hace falta al fabricante de balones de la Selección. El espectáculo que han dado todos ellos por quién y cómo entrena a España ha sido deplorable y deja una amarga sensación: ni esto funciona bien en este país que no sabe dónde va ni cómo va a llegar. El fútbol era una certeza, una isla plácida entre las tempestades políticas del país, pero ya hasta en esto nos metemos goles en propia puerta.

EL TERCER CLAVO 

Pues se lo vamos a dar a Suiza, y para bien, que ya es difícil para un país que convierte su falsa neutralidad en una coartada para estar siempre al lado de los peores. Lo que acaba de empezar a aplicar les permite tener quizá la mejor asistencia social de Europa: para darle a alguien lo que necesite durante el tiempo que lo necesite, ha puesto detectives privados para acabar con el fraude en los subsidios. Ni un euro de menos para el necesitado, ni un euro de más al jeta. Aquí, fíjense el contraste, hemos tardado diez años en darnos cuenta de los ERES. Somos más de merendar chorizo que de desayunar suizo.