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Luis del Val, a Sánchez: "España, a pesar de usted, todavía está fuerte y con recambios suficientes"

Ya puedes escuchar la Imagen de Luis del Val de este viernes 14 de octubre de 2022

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Luis del Val

Colaborador

Tiempo de lectura: 2'Actualizado 10:10

La peor equivocación de un personaje soberbio y autoritario es aquella que enseña su debilidad. Y ayer, Pedro I, El Mentiroso, mostró que tiene la cara muy dura, pero la piel muy fina. Fue un error, en sede parlamentaria, en su queja porque algunos medios de comunicación de Madrid no encabezan cada intervención con el "¡Oh, Pedro mío!", singularizar y señalar específicamente a esta emisora. Que un pequeño moscardón, en el amplio coro de violines que se ha formado en la mayoría de los medios, le moleste, o le incomode, hasta el punto de señalarlo en el Congreso de los Diputados, es una muestra de la aparición del miedo al constatar que no todo está controlado. Es una prolongación del error de hacer esperar al Rey para evitar que su vanidad se viera afectada por los abucheos. Y es una evidencia que subraya el absoluto egocentrismo de sus intereses personales, en el día en que Marruecos amenaza a Melilla, España se queda fuera del escudo antimisiles que se forma en Europa, y los pronósticos económicos de quienes no son criados de Sánchez nos auguran un futuro escasamente esperanzador.

Como yo también soy tonto contemporáneo, eso sí, a tiempo parcial, creí que aquella graciosa concesión a Marruecos reconociendo que el Sahara es del sátrapa que se sienta en el trono, tendría alguna contra-partida secreta, porque nadie da algo a cambio de nada. Pero la reivindicación de Melilla, que ya pertenecía a España, cuando Granada estaba todavía en manos de los musulmanes, demuestra que, o hay algo sucio que no sabremos nunca, o el soberbio cometió una estupidez. Eso sí, los melillenses, a los que Marruecos ha llamado carceleros, han sido defendidos con un ardor parecido al silencio. ¡Ah! Y que no se olvide Pedro I, el Mentiroso, que su sensación de fragilidad es cierta: lo demuestra esta extemporánea reclamación de Melilla, porque cuando en el Magreb notan que España está débil, pasan a la ofensiva. La marcha verde se llevó a cabo cuando el dictador estaba a punto de morir, y nadie sabía qué iba a pasar aquí. No se tranquilice pensando que es una casualidad, es que han olfateado la debilidad. Su debilidad. Porque España, a pesar de usted, todavía está fuerte. Y con recambios suficientes.


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