El 12 de octubre se celebraron misas en diversos santuarios marianos de América unidos al Santuario de Guadalupe, en Extremadura, con motivo del Día de la Hispanidad y en pleno año Jubilar Guadalupense. Nos vamos a fijar en la que celebró el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga en la Basílica de Santa María de Suyapa, en Honduras. En su homilía destacó que la Virgen María estuvo presente activamente en el nacimiento de la Iglesia. María irradiaba Fe y contagiaba esperanza.

Sin el consuelo y la sabiduría maternal de la Madre de Jesús, los apóstoles se habrían sentido huérfanos y abandonados. Continuó observando que con el transcurso del tiempo, el mundo Católico reconoció como una señal inconfundible de la pureza y autenticidad de su Fe, la devoción a la Virgen. Por eso tantos genios, como Murillo,Velázquez, Calderón de la Barca,Lope de Vega, Juana Inés de la Cruz,Dante, Rubén Darío, Francisco de Zurbarán, cada uno siguiendo su propio estilo, se sintieronmovidos a plasmar su amor a la Virgen.

Por eso en el Día de la Hispanidad el cardenal Rodríguez Maradiagaquiso agradecer a los primeros evangelizadores de nuestra América, que entre muchos valores, trajeran la devoción a la Madre de Dios. Los hombres y mujeres del siglo XXI, ateridos por el frío del egoísmo, reclaman con ansia el calor humano. El mundo desfallece por falta de amor a Dios, al hombre y a la Creación. Por eso, Cristo nos brinda nuevamente a su propia Madre.

También en estos tiempos de cibernética y realidades virtuales sofisticadas, María tiene que ser invocada. Hoy, como ayer y siempre, María nos alumbra, nos sostiene, socorre y auxilia en nuestras debilidades y desalientos. Y concluyó deseando que el Jubileo Guadalupense avive en todos el amor a Jesús y a su Santísima Madre, que se refleje en una renovada fraternidad, como acaba de pedir el Papa en su última encíclica.