Luchar contra la plaga de la Cameraria del Castaño de Indias se ha convertido en casi una obsesión en San Lorenzo de El Escorial porque gran parte de su arbolado urbano es de esta especie y la fumigación no es del todo efectiva.   La presencia de la Cameraria se detecta por primera vez en San Lorenzo en junio de 2008. Se trata de una plaga con un potencial biótico muy elevado (gran capacidad de causar graves daños sobre el arbolado al presentar varias generaciones anuales) y dada su reciente aparición (en Madrid en 2002), todavía se desconoce mucho sobre la biología de este insecto y por ende sobre los métodos de control del mismo.   La concejalía de Medio Ambiente ha puesto en marcha un tratamiento pionero para su control. No se trata de exterminarla porque es alimento de pájaros y otras especies animales. Y fumigar puede resultar letal para todo tipo de insectos.  De ahí este nuevo sistema, que es menos nocivo y se pone en marcha de forma experimental. “Empezamos con la fumigación y obtuvimos resultados, pero bajos. Entonces fue cuando, a través de la Comunidad de Madrid, decidimos iniciar un tratamiento de endoterapia en dos calles: una con castaños de indias con exposición soleada muy alta y otros con menos“, explica Santiago Perea, técnico de Medio Ambiente.   Controlar estas plagas es prioritario si se quieren conservar los castaños de indias que dan ese aspecto tan característico a calles emblemáticas como Floridablanca. “Vamos a seguir investigando esta plaga porque tenemos castaños de indias en calles emblemáticas, como Floridablanca. Cuando pasabas y veías los castaños muy mal, con la cameraria y otras plagas, daba pena. Ya no se veían las hojas, sino las galerías que había hecho la cameraria y eso es lo que queremos evitar, que el arbolado se venga abajo“, dice María Ángeles Nogal, concejal de Medio Ambiente.   La “Endoterapia arbórea” consiste en la inyección directa al sistema vascular del árbol de productos fitosanitarios y complejos nutritivos que actuarían como un tratamiento a largo plazo contra las larvas de esta nociva mariposa, cuyos periodos de reproducción se desconocen, pero sí se sabe que lo hacen de forma más habitual que, por ejemplo, la procesionaria, que lo hace en tres fases concretas.