Tuvo nobleza y cierta exigencia por el pitón izquierdo el primero de Mercedes Pérez Tabernero. Le cogió pronto la distancia Álvaro en una faena solvente y bien resuelta por ambos pitones. El borrón llegó con la espada al dejar una estocada haciendo guardia y el fallo del puntillero.

Más vasto de hechuras salió el segundo de Sayalero Monje. Novillo sin clase ni ritmo en el último tercio. El de San Sebastián de los Reyes trenzó una faena de oficio, mostrándose por encima de su oponente. La ovación final premió su tesón.

La primera oreja cayó con el tercero de López Gibaja. Novillo encastado que se movió con exigencia y que llegó a voltear hasta en dos ocasiones al novillero. Labor de pundonor y raza que tuvo premio tras media estocada en buen sitio.

El cuarto apuntó tanta clase como falta de fortaleza. Álvaro tiró esta vez de temple en una faena basada en el pitón derecho que acabó en los terrenos de cercanías. El espadazo de efectos letales ayudó a la concesión del trofeo que paseó y que ya le aseguraba la Puerta Grande.

El mejor novillo del sexteto fue el quinto de Sayalero Monje, un animal con nobleza y ritmo en su forma de embestir con el que Álvaro realizó una faena templada, ligada y de buen corte que llegó a los tendidos. Cazó al novillo del hierro salmantino de un espadazo casi entero y obtuvo el doble trofeo. 

Otro buen novillo fue el que cerró el festejo con el hierro de Fernando Peña. Pese a no estar sobrado de fuerzas, el utrero planeó por ambos pitones. Álvaro hilvanó una faena limpia y de buenas formas que esta vez no pudo coronar con los aceros.