Ángel García, enviado especial a París, encontró a Rafa Nadal celebrando su undécimo Roland Garros: "Ha sido un día emocionante", confesó Nadal. "Claro que estoy emocionado, es para mí el torneo más importante del año, y ganarlo hace que afrontes el resto del año con tranquilidad. He recibido una ovación muy especial", comentó en el tramo final de Tiempo de Juego, con Juanma Castaño.
Nadal reconoció el sensacional estado de forma que atraviesa y la suerte que le está permitiendo reinar en París, en tierra batida: "Cada día que salimos a la pista sabemos que podemos perder, pero llevamos unas últimas semanas muy buenas. Estoy agradecido a la vida, porque he trabajado y me he esforzado y hay mucha gente que también lo hace y no tiene la suerte que he tenido yo".
Confesó que los calambres y las condiciones climatológicas durante el partido ante Thiem no le han pasado desapercibidas, pero no le han impedido seguir con su buen trabajo durante la final: "En el tercer set con el 3-2, he sentido el calabre y no podía jugar en ese momento. Tenía un vendaje para la mano que me paraba el sudor, y creo que ha sido problema de eso, y también por la humedad me he deshidratado un poquito, pero da igual, se convive con ello".
A la pregunta de a cuántos Roland Garros quiere llegar, comentó que "yo estoy muy feliz con once, pero también estaba feliz con diez, con nueve y con ocho, haré lo que mis rivales, mi cuerpo y mi cabeza me permitan".
La temporada ya es buena pase lo que pase: "Bueno, queda medio año por delante".
Wimbledon será su próximo gran objetivo, pero como buen aficionado al fútbol deseó que "si la selección española llega a la final del Mundial y si Dios quiere, estaré allí el 15 de julio".