El filósofo y pedagogo José Antonio Marina ha recomendado hoy a los padres de familia que pierdan "el complejo de inferioridad respecto a sus hijos" en el manejo de la tecnología y que les fijen límites "como única manera de enseñarles autocontrol".

Marina ha participado hoy en la presentación de FamilyON, una nueva herramienta educativa digital desarrollada por Orange destinada a entrenar las habilidades tecnológicas de niños y adolescentes, ya que en su opinión "no hay que culpar a la tecnología cuando da problemas, sino educar a las personas para mejorar su capacidad de manejo".

El pedagogo preside la fundación Universidad de Padres, un centro de investigación especializado en formación de padres, docentes y otros profesionales que se ha encargado de diseñar los juegos interactivos de FamilyON con el fin de "fomentar la creatividad, la empatía, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico" según los autores de la aplicación.

"Existen dos etapas doradas de aprendizaje: una, desde que nace el niño hasta los 7 años y otra, descubierta más recientemente, desde los 13 a los 18, cuando el cerebro se reestructura por completo", ha precisado Marina.

Además, los menores aprenden con mayor rapidez porque "tienen más tiempo de práctica con nuevas tecnologías y además forman parte de grupos que intercambian constantemente información sobre ello", no porque estén "más capacitados que los padres".

Por ese motivo, éstos deben perder el "complejo de inferioridad" a la hora de tratar con la tecnología, ya que el miedo "cierra muchas de las posibilidades que ésta nos ofrece".

La herramienta de Orange propone unas actividades pensadas para niños de entre 6 y 12 años en un grupo denominado 'Exploradores' y otras para los que tienen más de 12 años, como 'Luchadores', en ambos casos trabajando en equipo con sus padres.

Cada tarea está estructurada con un video tutorial, enlaces a herramientas de producción de contenidos digitales como Scratch y Piktochart, entre otras, y unas fichas pedagógicas que profundizan sobre los temas a tratar.

Sin embargo, Marina considera que los niños menores de 3 años "no deben ser expuestos a estos dispositivos porque en algunos casos acaban teniendo dificultades para comprender las expresiones emocionales de las personas."

La tecnología se está incorporando en nuestra sociedad "a una velocidad sin precedentes" y "no está claro que eso sea positivo".