Casi uno de cada tres españoles (28,3%) reconoce ser adicto al teléfono móvil y los jóvenes entre 18 y 24 años son los que hacen mayor uso de estos dispositivos, según indica un estudio elaborado por el comparador web Rastreator.

El uso intensivo de los "smarthpone" ha provocado entre sus usuarios la necesidad de llevarlos encima en todo momento, obligando a sus portadores a estar "permanentemente atentos" a las notificaciones, de acuerdo con un comunicado de la compañía.

Esta adicción puede conllevar trastornos que afectan a su bienestar social y psicológico, ya que el 44 % de la población asegura estar pendiente de su móvil incluso cuando esta acompañado e incluso un 52,2 % afirma que mirar el dispositivo móvil "es lo primero y lo último que hace cada día".

Los usuarios con un perfil más activo son los jóvenes de entre 18 y 24 años, que dedican a sus móviles 5 horas y 25 minutos al día según este documento, frente a los adultos de entre 55 y 65 años que los utilizan durante 2 horas y 18 minutos de media.

Por géneros, las mujeres son más dependientes que los hombres, ya que el 78,5 % de las mujeres reconoce que "no podría vivir sin móvil", frente a un 71,4 % de los hombres.

Sin embargo, son estos últimos los que más miran el móvil mientras conducen, tal y como asegura un 19,2 % de ellos, frente al 13,9 % de ellas.

Por CC.AA., el estudio revela que los valencianos son los que más tiempo pasan conectados -3 horas y 47 minutos diarios- mientras que los aragoneses son los más austeros en su uso -2 horas y 24 minutos-,

La media es de 3 horas y 22 minutos, lo que supone 52 minutos menos que el año anterior.

Se trata del dato más bajo de los últimos tres años, lo que "pone de manifiesto que la población empieza a hacer un uso más responsable de estos dispositivos" a pesar de todo, según ha explicado el director de desarrollo de negocio de Rastreator.com, Álvaro Blas.

Blas ha añadido que "el teléfono móvil se ha integrado en nuestra vida hasta tal punto que muchos usuarios no conciben su vida sin él" y advierte de que, para evitar patologías derivadas de un uso abusivo, "es esencial ser conscientes del uso real".