Laura Gonzalvo tiene 25 años y hace siete realizó su primer voluntariado. Todos ellos relacionados con los maristas o jesuitas. Cuando tenía 23 años le llegó una oportunidad que no dejó pasar: ir durante un mes de verano a Líbano. Una experiencia que la dejó fascinada: nada más marchar ya tenía ganas de volver. Se quedó con la sensación de que aún le quedaba mucho que aprender de ese país.

Llegó en plena crisis de refugiados y convivió con personas que habían huído de la guerra. A su vuelta a Barcelona. La capital catalana es una de las ciudades que más se ha movilizado a favor de la acogida de refugiados. Esto reforzó su punto de vista."Hay que actuar si no estás conforme con lo que se está haciendo. Hay que acoger a las personas que huyen de la guerra" ha comentado Laura en 'La Tarde' desde Líbano. 

"Hay que acoger a las personas que huyen de la guerra"

En estos momentos Laura trabaja en el Colegio Fratelli, un proyecto puesto en marcha por los maristas y los hermanos de La Salle hace un año: "Me encargo de dar apoyo a los profesores de preescolar, luego los sábados también estoy de voluntaria con niños que vienen de un shelter, que son campos de refugiados en edificios abandonados".

La mayoría de alumnos son sirios, pero también hay algún palestino: " Son muy agradecidos, muy cariñosos, tienen una mirada que no he visto nunca, capaz de levantarte en los momentos más complicados".

Uno de ellos ha tocado especialmente su corazón: "En este último mes en preescolar venía un niño de 4 años llorando cada día. Su nombre es Hamoudi y nunca antes había venido a la escuela. En cuanto se quedaba solo, sin sus padres, rompía a llorar. Solo la voz de su padre le secaba las lágrimas." Al volver de las vacaciones navideñas, el pequeño de 4 años no paraba de llorar: se había quedado sin consuelo: "La profesora nos contó que su padre había fallecido" Laura nunca olvidará la cara de la madre de Hamoudi, viuda y con niño pequeño: "Ver su desamparo, que se había quedado sin ayuda, fue algo muy fuerte."