Sentir cómo cruje un grillo en tu boca al ser masticado. Una sensación que pocos españoles han experimentado. Hasta ahora, degustar saltamontes, hormigas o gusanos era difícil si no viajabas a Asia o América Latina, donde la entomofagia es parte fundamental de la gastronomía. 

La Comisión Europea ha aprobado una normativa, que entró en vigor el 1 de enero y que permite que los insectos se conviertan en alimentos autorizados en toda la Unión Europea. Hasta ahora, cada país tenía su propia normativa al respecto.

En 'La Tarde' hemos hablado con Luján Soler, la presidenta decana del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid. Para ella, los insectos “son una opción más. Nosotros queremos que haya variedad y alternativas. Es otra fuente más de proteínas y de otras vitaminas.”

“Es un tema cultural. En otros sitios puede causar rechazo el pulpo o los percebes.”

Como profesional de la nutrición, disfruta probando sabores nuevos y experimentando: “He probado grillos y gusanos en países asiáticos y de Latinoamérica. Me interesa probar distintos sabores y texturas. A mí me gustan. Los he probado tipo snacks y me gustan los que son crujientes.”

ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Luján Soler y Marco Negroni en 'La Tarde'

Recuerda además que el criterio sobre lo que es o no comestible muchas veces “es un tema cultural y de apertura mental. En otros sitios puede causar rechazo el pulpo o los percebes.”

“Lo más caro que hemos traído son tarántulas vietnamitas."

Uno de los lugares donde podemos disfrutar de estos manjares es La Passion Café, en Valladolid. Su propietario, Marco Negroni, nos ha contado que los sirven como aperitivo.“Disponemos de 20 variedades de insectos diferentes. A mí me recuerdan más a una patata frita o a un nacho que a otra cosa.”

Un producto que gusta a todos los públicos: “Siempre hay algún curioso, algún crío que quiere probarlos. También algún jubilado.” Eso sí, “si buscas un sabor gourmet, es mejor que tomes un bocata de jamón ibérico.”

¿Te animas?