Un guardia urbano: "Hay agentes que se rompen emocionalmente porque se ven cosas muy cruentas"
El intendente Benito Granados cuenta cómo fueron los primeros minutos tras el atropello masivo en la Rambla
COPE.ES
Tiempo de lectura: 2'
Actualizado 18:26
El primer cuerpo policial que dio el aviso de que estaba teniendo lugar el atentado en la Rambla de Barcelona fue la Guardia Urbana de la capital catalana. Los dos agentes que prestaban servicio en la parte alta de esta calle, punto por donde entró la furgoneta conducida por el yihadista en la zona peatonal del paseo, fueron quienes comunicaron que se estaba produciendo un ataque terrorista.
En concreto, la comunicación del agente fue muy explícita: "Una furgoneta baja a gran velocidad por la Rambla atropellando personas". Y ya desde ese primer momento, por prematura que pareciera, lo identificó como una "acción terrorista". Lo cuenta Benito Granados, intendente de la Guardia Urbana de Barcelona, que confiesa que tras ese mensaje sobrevino cierto estupefacción. "Aunque es algo que contemplas que puede pasar nadie está preparado para atenderlo", ha contado este viernes en una entrevista en 'La Tarde' de COPE.
Los agentes corrieron detrás del vehículo pero iba a una velocidad que hacía imposible alcanzarlo. Sin embargo, se trata de una acción importante, según Granados, porque permite contar con más información sobre el recorrido y el posible itinerario posterior del automóvil. No se abrió fuego, ya que eso está regulado por "procedimientos internos".
Granados asegura que las primeras dotaciones que estuvieron se encontraron una situación "dramática" y "devastadora". "La gente, también la policía, frente a una emergencia de estas proporciones actúa como puede". Los propios agentes de la Guardia Urbana, que llegan antes que los servicios sanitarios, son los primeros en hacer triajes preliminares, es decir, eligen qué heridos requieren asistencia de forma prioritaria.
"Entraban muchas llamadas a lo largo de la tarde sobre incidentes que tenían que ver con el primero y nosotros los tratábamos como si fueran un segundo atentado". El intendente añade que "todas las llamadas fueron verificadas y ninguna era cierta". En ese momento "había que contemplar la posibilidad que pudiera haber un segundo ataque y al mismo tiempo atender a las víctimas".
"Hay un momento de pánico entre la ciudadanía; tienen que asimilar eso que están viendo". Según Grandos, "por mucho que se haya visto en televisión, cuando ocurre hay que encajar que eso está pasando". Pero destaca que los comerciantes y los trabajadores del transporte público tuvieron una conducta ejemplar. Los encargados de los negocios permitieron llevar a cabo el confinamiento de la gente, que tiene una doble misión: que los ciudadanos estén seguros y preservar la declaración ante la policía de los que se encontraban cerca del punto en que se detuvo la furgoneta. Estas personas eran testimonios muy importantes para conocer datos sobre el terrorista y sus acciones.
Sobre el shock emocional que puede provocar ser testigo de un incidente de estas características, Granados afirma que "aprendes a bloquear momentáneamente lo que estás viendo porque tienes que ponerte en acción, a trabajar". Pero "algunos agentes se rompen en el momento en el que están trabajando, porque hay situaciones especialmente cruentas, especialmente las que involucran a menores". Y es que, ya sea más tarde o más temprano, "hay que encajarlo emocionalmente", asimilar todo lo que se ha visto, oído y sentido.
- item no encontrado