La jefa de misión de Proactiva Open Arms, Anabel Montes, ha denunciado hoy que Italia, con su decisión de impedir atracar a los barcos de las distintas ONG que operan en el Mediterráneo, los deja en una "situación de desamparo" y ha rebatido el denominado "efecto llamada".

En declaraciones a los medios, Montes ha afirmado que "cuando hay barcos hay más llegadas de gente viva a tierra porque la rescatamos; cuando no estamos allí se mueren todos", y ha recordado que "esta gente lleva huyendo mucho tiempo antes de que hubiera ninguna ONG en el mar".

Ha subrayado, en este sentido, que la retención del barco de rescate Seawatch en Malta y el hecho de que el Aquarius se encuentre en un puerto italiano y los barcos de su entidad en Barcelona han causado durante estos días cientos de muertes.

El Open Arms atracará en el puerto de la capital catalana esta mañana para desembarcar a los 60 inmigrantes de más de 14 nacionalidades distintas que fueron rescatados en aguas internacionales, frente a la costa de Libia, el pasado 30 de junio.

La decisión del Gobierno de permitir este desembarco proporciona a los migrantes, según Montes, "una salida mínimamente digna, aunque no todo lo digna que debería ser porque deberían tener la misma dignidad que si fuera un rescate para nosotros, blancos".

La jefa de misión ha denunciado, asimismo, que "ésta no es la solución" porque implica varios días de navegación "en los que hay gente a bordo que no tiene cubiertas las necesidades básicas" y que implican gasto de fuel.

Aunque desde Open Arms celebran el gesto de acogida del Gobierno, esperan "no tener que venir nunca más a un país que no sea al que legalmente le corresponde por proximidad geográfica según las leyes marítimas, que dictan que el capitán lleve a los rescatados a máxima velocidad al puerto más cercano".

Según Montes, Proactiva se encuentra en proceso de preparar su próximo misión frente a la "situación excepcional" que están viviendo y las distintas entidades se apoyan entre ellas a través de "una red de solidaridad".

El Open Arms ha contado con una "buena meteorología" durante su travesía y el hecho de que el número de rescatados no alcanzara el máximo de espacio que puede asumir este viejo remolque de altura ha facilitado el viaje y ha evitado "peligros".

Entre los inmigrantes, que serán atendidos por un equipo de la Cruz Roja al llegar al puerto barcelonés, hay ocho palestinos, ocho de Sudán del Sur, tres de Mali, cinco sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, cuatro eritreos, ocho egipcios, tres de República Centroafricana, dos de Camerún, dos etíopes, seis libios, ocho de Bangladesh y un guineano.

Por otro lado, del total de 60 personas rescatadas, 50 son hombres, 5 mujeres y 5 menores, 3 sin un adulto que los acompañe.