El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha señalado hoy que la sanidad pública es una de las bases constitutivas de la democracia y de lo que, a su entender, es la patria, y no los colores de la bandera, y ha advertido de que "atacar y destrozar" el sistema sanitario es "romper España".

Iglesias ha clausurado la jornada "Construyendo la sanidad pública del futuro, deconstruyendo la privatización", organizada por Podemos en el Congreso de los Diputados, en la que representantes de colectivos y plataformas de toda españa, así como expertos y agentes de salud, han planteado sus demandas y han debatido los ejes sobre los que deben girar las políticas parlamentarias.

"Atacar y destrozar la sanidad pública es romper España, es romper uno de los consensos fundamentales y uno de los elementos que permitían a la ciudadanía, independientemente de su ideología, sentirse orgullosos de nuestro país", ha subrayado.

El líder de Podemos ha asegurado que una de las cosas que le han hecho sentirse orgulloso de ser español es, cuando ha viajado a otros países, como Estados Unidos, "donde hay gente que se muere porque no puede pagar un trasplante de riñón o una hemodiálisis", y ha podido decir: "En mi patria hay un sistema de sanidad público y universal en el que está garantizada la asistencia a cualquier ciudadano".

Iglesias ha citado algunos "datos bochornosos", como que en los presupuestos de 2018 por primera vez el gasto en sanidad baja del 6 % del PIB, lo que ha calificado de "vergüenza y ataque a España", así como que la cuarta economía de la zona euro "esté a la cola en el número de médicos de familia por habitante".

Además, el 50 % de los médicos no tiene plaza en propiedad, y uno de cada tres tiene contratos inferiores a seis meses, ha denunciado Iglesias, quien ha mostrado su enfado por el hecho de que, cuando se habla de Cataluña, no se mencione la privatización de la sanidad, "que es una verdadera vergüenza".

En la inauguración de la jornada, la portavoz parlamentaria de Unidos Podemos, Irene Montero, ha defendido el establecimiento de un "suelo de ingresos" que fije la inversión mínima necesaria para garantizar la "dignidad" de servicios públicos fundamentales como la sanidad.

A su juicio, "no sería tan difícil" lograrlo "sacando el dinero de donde por ley se debería sacar, pero que no se hace porque hay muchos mecanismos que permiten la evasión de impuestos a las grandes fortunas y empresas".