La Alta Comisionada para la lucha contra la pobreza infantil, María Luisa Carcedo, ha afirmado hoy que el rostro de la pobreza en España ha pasado de ser el de una mujer mayor al de un niño, ya que la pobreza infantil se ha convertido "en un problema estructural".

Carcedo, que ha participado en un curso sobre la Agenda 2030 de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha subrayado que detrás de este problema está la desigualdad de un país donde existe una gran diferencia entre las rentas más bajas y las más altas.

Además, las rentas más bajas, según el índice Gini, son "las que más han pagado las consecuencias de la crisis", ha explicado la Alta Comisionada, quien ha señalado que todas han bajado escalones si se comparan los últimos datos con los de 2010.

También parte de las rentas medias han retrocedido, mientras que las altas no solo no han sufrido prácticamente la crisis, sino que incluso han subido.

Y son las familias jóvenes con hijos abocadas a empleos precarios las que más sufren los efectos de la crisis, una situación que se agrava en el caso de las monoparentales, hasta el punto de que la mitad de ellas está en riesgo de pobreza, ha afirmado Carcedo.

A eso se une, ha advertido, que los mecanismos para redistribuir la riqueza a través de las transferencias de renta no están siendo eficaces.

Así, las familias con hijos a su cargo y bajos ingresos, que están en la peor situación económica, no pueden acceder a los beneficios del IRPF porque están dentro del mínimo exento y "no tienen derecho a nada", ni tampoco en su caso hay cuotas de la Seguridad Social que calcular, ha afirmado.

"La exigüidad de recursos no atrae recursos, por eso tenemos la situación que tenemos", ha sentenciado.

La funcionaria ha aludido al último informe de la OCDE que, según Carcedo, el Gobierno del PP presentó como un éxito de una España que estaba saliendo de la crisis.

Un informe, ha dicho, en el que ha encontrado "entre otras lindezas" que España es la tercera por la cola, sola por detrás de Italia y Grecia, en la capacidad de las transferencias económicas para redistribuir la riqueza.

La población de menos de 16 años ha sustituido a las mujeres mayores como la que mayor riesgo de pobreza tiene en España.

Carcedo ha apuntado que mientras la población de más edad se ha beneficiado del incremento de las pensiones mínimas y del sistema de atención a la dependencia, los niños sufren la precariedad laboral de unas familias que no pueden acceder además a los beneficios a los que sí acceden las rentas más altas.

Y a eso se suma que, según Eurostat, las prestaciones destinadas a la infancia en España son exiguas en relación a otros países, ha señalado.