La situación era tan insoportable e insufrible para el resto de pasajeros, que el comandante se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Portugal, en el aeropuerto de Faro.
El avión procedía de los Países Bajos, había despegado de Amsterdan con destino a Gran Canaria. El vuelo de la aerolínea Transavia se inició sin problemas hasta que el hedor que desprendía uno de sus pasajeros ocasionando vómitos hasta desmayos llevó a interrumpir el vuelo.
“Fue como si no se hubiera lavado durante varias semanas. Varios pasajeros se sintieron mal y tuvieron que vomitar”, dijo un pasajero belga que se encontraba a bordo.
Tras el aterrizaje forzoso, el susodicho pasajero fue desplazado a un centro en una ambulancia. Una vez saneado el ambiente dentro del aparato, el resto de viajeros retomaron el viaje con 3 horas de retraso. Al parecer, no es la primera vez que a esta compañía aérea tiene un incidente de malos olores en la cabina de pasajeros. En febrero de 2018 también tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia por las flatulencias de un pasajero.