Los caminos de Pedro Sánchez se bifurcan con los de Mariano Rajoy ante la mera mención de un nuevo sistema de financiación autonómica. El secretario general del PSOE ha tenido la prevención de “dormir” a la organización para evitarse un debate capaz de hacer saltar mucho más que unas chispas entre sus propios presidentes autonómicos. Al fin y al cabo, a decir del entorno de Sánchez, no sólo ve ya improbable una renovación del modelo, sino que se impone la lógica de defensa de los intereses de cada territorio.

Tal nuevo sistema, clave para la misma articulación del Estado, está en vía muerta. Si barones socialistas consideraron la posibilidad de un pacto, en esta cuenta atrás a las elecciones autonómicas de 2019, ahora hasta los que incluso se confesaron más cercanos a postulados de homólogos del PP - con los que pueden compartir una realidad territorial común - ya han arrojado la toalla. El desaliento cunde entre ellos, aun cuando les hayan llegado noticias de un texto popular de consenso sobre financiación.

Para presidentes socialistas, según ha podido constatar la Cadena COPE, el propósito de trasladar un documento al PSOE para iniciar una negociación, oculta en realidad “un intento de Mariano Rajoy de que nos destripemos entre nosotros”. A pesar de este diagnóstico común, el extremeño Guillermo Fernández Vara en aras de demostrar su voluntad de abordar esta cuestión, ha propuesto abrir conversaciones con el Gobierno, singularmente con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en lo referente a servicios básicos – sanidad, educación o protección social - para abordar más adelante las singularidades de cada comunidad.

Aquí, de nuevo, subyacen las enormes dificultades de la Ejecutiva Federal de Sánchez para aunar una posición común de sus presidentes ante la disparidad de intereses. Así lo ha venido avisando el aragonés Javier Lambán. Misión imposible. En román paladino, Andalucía pondrá siempre énfasis en el criterio de la población. Sin embargo, las Islas Baleares querrán primar la capacidad recaudatoria, muy alejado también de Castilla La Mancha. La solución se adivina ardua porque en su complejidad reside la igualdad y la solidaridad entre territorios.

En medio, ganancias de pescadores a río revuelto, como las de Mariano Rajoy. Ese mensaje tajante, al menos, insisten en trasladar desde el PSOE. Del enredo que el debate genera también ha dado muestras el manchegoEmiliano García-Page al sostener que los barones socialistas recibieron mensajes para que torciesen el pulso a Pedro Sánchez en favor de los Presupuestos Generales del Estado y, a cambio, emprender con todas las consecuencias la revisión de aquel sistema de financiación que, paradojas de la política, alumbró José Luis Rodríguez Zapatero.