El transporte urbano hoy en día sigue sin contrato, pero el ejecutivo municipal quiere implantar el nuevo modelo en los próximos meses.Se trata de reducir de 22 a 11 las líneas que mueven a los viajeros en Santiago.Habrá un periodo transitorio, entre 2018 y 2020, porque hay 4 enlaces: los de Tambre, Aríns, Vite y A Peregrina que, por sentencia judicial, tienen que seguir prestándose por las mismas empresas, hasta dentro de dos años.Mientras, el concejal explicaba que espera que puedan convivir esos servicios con los nuevos. Es decir habrá 15 líneas.Y otra novedad: el concello prevé la implantación de un bus lanzadera al aeropuerto de Lavacolla, que coexistiría con el actual, que financia la Xunta. También otro aspecto que se incluye en el proyecto: el servicio a demanda en el rural.Por cierto el pliego obliga a la concesionaria a disponer de hasta 60 autobuses, con presencia de híbridos y eléctricos.El año que viene habrá 21 vehículos nuevos.