Los textos del Vía Crucis que el Papa leerá este Viernes Santo, escritos por jóvenes

La Cadena COPE ha estado con estos jóvenes que se han encargado de preparar los textos para el Viacrucis del Viernes Santo

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En un año en el que los jóvenes llevan las “riendas” en la Iglesia, al ser protagonistas del próximo Sínodo de los Obispos que se celebrará en el mes de Octubre, el Papa ha querido que un grupo de jóvenes de entre 16 y 27 años, (nueve de ellos son estudiantes del Liceo de Roma Pilo Albertelli), se encarguen de la preparación de los textos para el Viacrucis del Viernes Santo. Han estado coordinados por su profesor de religión Andrea Monda, licenciado en Derecho y Ciencias Religiosas, escritor y ensayista. El mismo se encargó de explicar en clase la propuesta y fueron tantos los que quisieron participar, que no tuvo más remedio que hacer una selección y finalmente han sido quince los jóvenes autores de las meditaciones de las 14 estaciones del tradicional viacrucis presidido por el Papa Francisco en el Coliseo Romano. Cada uno de ellos se ha encargado de una estación y dos alumnas prefieron escribir de forma conjunta una de ellas: “Jesús carga con la Cruz camino del Calvario”.

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El sistema de trabajo ha sido muy sencillo. El profesor Andrea Monda convocó al grupo de estudiantes de la escuela secundaria, a los que se unieron algunos universitarios, sin tener en cuenta creencias o su forma de vivir la fe. Juntos compartieron la lectura de las páginas de los Evangelios en las que se relata la Pasión del Señor. Entonces cada uno de ellos expresó “lo que les vino de su propio corazón”. Y a partir de ese momento los alumnos fueron escogiendo la estación con la que se sentían más conmovidos, por lo que la asignación definitiva resultó muy sencilla, aunque han estado trabajando y depurando los textos a lo largo de 6 meses. Se pusieron, por lo tanto, ante la escena del Vía Crucis y la «vieron». El profesor únicamente les dio una importante directriz a la hora de escribir los textos: Que fueran ellos mismos y que en ningún momento se plantearan escribir con nivel “teológico” o que se dejaran condicionar por la expectación de saber que millones de personas en todo el mundo iban a leer sus reflexiones.

Por lo tanto, el Viernes Santo, durante el recorrido de las 14 estaciones se escucharán temas sobre el sentimiento de la injusticia de la condena de Jesús, el escándalo y el carácter incomprensible de este misterio o la paradoja de la cruz.

En la charla que mantuvo COPE con los jóvenes, algunos señalaron que la reflexión sobre el Vía Crucis también les recordó el sufrimiento y la realidad de los inmigrantes, vistos en el despojo de Jesús porque ellos también son “despojados de todo, pero no pierden su dignidad”. Preguntados sobre el cambio experimentado en sus vidas tras la meditación de la Pasión, aseguran que sin duda les ha hecho replantearse su existencia de otra forma.

El profesor Andrea Monda recalca que la figura del propio Cristo que en el Vía Crucis tropieza, sufre y es abandonado, sirve de imagen para entender bien la vida del adolescente y del joven que tiene que enfrentarse al mundo a menudo sin puntos de referencia.

Valerio de Felice es uno de los jóvenes, que ha escogido meditar sobre la Primera Estación: Jesús es condenado a morir en la cruz. Una estación que refleja el encuentro de Jesús ante Pilato y ante la muchedumbre que lo condena y prefiere a Barrabás. En esa muchedumbre, -asegura Valerio- todos se ocultan en la masa y la responsabilidad queda difuminada. Una masa en la que nosotros nos refugiamos con frecuencia porque nos falta el coraje de expresar lo que realmente pensamos.

Marta Croppo es la autora de la última estación, la número 14, en la que se refleja la muerte de Jesús. Ella ha querido subrayar que Jesús en el Sepulcro nos enseña a entrar en nosotros mismos, en nuestro propio sepulcro, donde a menudo no tenemos el valor de encender la luz y no permitimos que entre Cristo.

Tres palabras clave, tres verbos, marcan el desarrollo de estos textos: en primer lugar, como ya se ha mencionado, ver, después encontrar, por último rezar.

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No es la primera vez que se convoca a los jóvenes para escribir las meditaciones del viacrucis. Hace cinco años, el papa Benedicto XVI pidió a jóvenes libaneses que expresaran en los textos las ansiedades y expectativas de los pueblos de Medio Oriente. El resultado fueron unos textos bellísimos con sus reflexiones sobre el sufrimiento del mundo contemporáneo y las expectativas de esperanza. 

Alguno de los jóvenes que han escrito los textos de este año participarán también de forma activa en el Vía Crucis presidido por el Papa Francisco llevando la cruz de cada una de las estaciones.

¿Te gustaría conocer el contenido de las 14 Estaciones?

Este es el resumen proporcionado por Vatican News:

«Jesús condenado a muerte». En la primera estación, Valerio lamenta la injusticia de la multitud que prefiere salvar a Barrabás y no al Señor, rogándole su ayuda para saber elegir en la vida ante las opciones que se presentan.

«Jesús con la cruz a cuestas». En la segunda estación, María y Margherita, señalan que la cruz, «símbolo para el hombre de humillación y dolor, se reverla ahora, por la gracia de su sacrificio, como una promesa: de toda muerte resurgirá la vida y en toda oscuridad resplandecerá la luz».

«Jesús cae por primera vez». En la tercera estación, Caterina le dice al Señor: «Con tu coraje nos enseñas que los fracasos y las caídas no deben detener nunca nuestro camino y que tenemos siempre una opción: rendirnos o levantarnos contigo».

«Jesús se encuentra con la Madre». En la cuarta estación, Agnese le pide ayuda al Señor para recordar siempre «el ejemplo de María, que aceptó la muerte de su hijo como misterio grande de salvación»… Para vivir siempre «con la mirada puesta en el bien de los otros ya morir en la esperanza de la resurrección y la certeza de que nunca estamos solos, ni abandonados por Dios ni por María, madre buena que lleva siempre en su corazón a su hijos».

«El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz». En la quinta estación, Chiara, le ruega al Señor «haz que cada uno de nosotros pueda encontrar el coraje de ser como el Cireneo que lleva la cruz y sigue tus pasos». Que cada uno de nosotros sean tan humilde y fuerte como para llevar la cruz de los que encontramos…para estar abiertos al encuentro también en la diversidad».

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«La Verónica enjuga el rostro de Jesús». En la sexta estación, Cecilia, le ruega a Jesús: «dame la fuerza para acercarme a las otras personas, a cada persona, joven o vieja, pobre o rica, querida o desconocida, y de ver en sus rostros tu rostro…»

«Jesús cae por segunda vez». En la séptima estación, Francesco, le pide al Señor: «Recuérdanos que cuando nos equivocamos y caemos, si estamos contigo y nos aferramos a tu mano, podemos aprender y volvernos a levantar… Haz que los jóvenes podamos llegar a todos tu mensaje de humildad y que las generaciones futuras abran los ojos hacia ti y sepan comprender tu amor…»

«Jesús que encuentra a las mujeres de Jerusalén» En la octava estación, Sofía reza así: Señor, haz que yo, junto con las mujeres y los hombres de este mundo, podamos ser cada vez más caritativos para con los más necesitados, como hacías tú»

«Jesús cae por tercera vez». En la novena estación, Chiara le ruega a Jesús: «danos el coraje de ir adelante en nuestro camino. Haz que acojamos hasta el fondo la esperanza y el amor que nos has donado. Que todos puedan afrontar los desafíos de la vida, con la fuerza y la fe con la que tú has vivido  los últimos momentos en tu camino hacia la muerte en la cruz».

«Jesús es despojado de las vestiduras». En la décima estación, Greta le ruega al Señor«…haz que podamos ver siempre la dignidad de los demás, estimarla y custodiarla».

«Jesús clavado en la cruz». En la undécima estación, Greta escribe que «hoy en el mundo de Internet, estamos tan condicionados por todo lo que circula en red que a veces dudo también de mis palabras. Pero tus palabras son distintas, son fuertes en su debilidad. Tú nos has perdonado, no tienes rencor, has enseñado a dar la otra mejilla y has ido más allá, hasta el sacrificio total de tu persona». Y le ruega al Señor: …«haz que ante una injusticia, yo pueda tener el coraje de tomar las riendas de mi vida y actuar de modo distinto».

«Jesús muere en la cruz». En la duodécima estación, Dante escribe: «Es un misterio grande Jesús: nos amas muriendo, habiendo sido abandonado…». Y le ruega al Señor: «…abre mis ojos, haz que yo vea aun en los sufrimientos, en la muerte, en el fin que no es verdadero fin. Perturba mi indiferencia con tu cruz…».

«Jesús que es bajado de la cruz». En décimo tercera estación, Flavia reza así: «Señor, has que en nosotros esté siempre viva la esperanza, la fe en tu amor incondicional. Haz que podamos mantener siempre viva y encendida la mirada hacia la salvación eterna y logremos encontrar alivio y paz en nuestro camino».

«Jesús es puesto en el sepulcro». En la décimo cuarta estación, Marta le ruega: «Señor… Tú que no miras lo superficial, sino que ves lo secreto y profundo escucha nuestra voz; haz que podamos descansar en ti, reconocer en ti nuestra naturaleza, ver en el amor de tu rostro dormido nuestra belleza perdida

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