Pablo Iglesias ha zanjado el debate que desde hace semanas empezó a cobrar fuerza sobre la presencia del nombre de Podemos en las candidaturas electorales del ciclo de municipales, autonómicas y europeas de 2019. Desde IU, por ejemplo, crecen las voces que reclaman más visibilidad y el final de la marca Unidos Podemos con la que concurrieron a las generales tras el llamado “pacto de los botellines” entre Iglesias y Alberto Garzón. También en Andalucía Teresa Rodríguez ha registrado “Marea Andaluza” como posible nombre de su alianza electoral con IU. Y en muchos ayuntamientos se han consolidado las distintas identidades con las que las candidaturas en las que Podemos se integró en 2015.

Pero Iglesias ha dejado claras las reglas del juego en el último tramo del discurso con el que ha abierto este sábado el Consejo Ciudadano Estatal que pretende fijar el rumbo para esos comicios. “Quiero ser muy claro. Podemos es el principal significante del cambio y el nombre de Podemos debe estar visible en todos los procesos electorales en los que nos presentemos (…) tenemos que estar en las próximas europeas, municipales y autonómicas con nuestro nombre”. Admite, eso sí, excepciones “especialmente en los municipios donde se han consolidado ayuntamientos del cambio en los que participamos” (caso de Ahora Madrid o Barcelona en Comú) pero “la regla general debe ser que la gente pueda votar a Podemos sin perjuicio de que nos presentemos con otras fuerzas políticas y todas ellas, en sus diferentes ámbitos, deban tener la visibilidad que les corresponda”.

Iglesias ha ratificado su apuesta por las confluencias estatales con IU y Equo, y también con Cataluña en Comú. “Debemos ir con ellos a las elecciones”. Sin embargo, no oculta las dificultades para repetir otras alianzas como las de Galicia o la Comunidad Valenciana. “Me consta -ha dicho- que hay territorios donde los encuentros con otras organizaciones son más difíciles. Pero entiendo que nuestra voluntad debe ser sumar fuerzas desde la diversidad. El espíritu confederal “no se puede quedar en lo parlamentario y en lo electoral, sino que tiene que servirnos para avanzar en un bloque histórico, político y social, de cambio y de gobierno”.

Para afrontar el importante reto de 2019, Iglesias ha fijado dos objetivos fundamentales: acompañar a las movilizaciones en la calle que tendrán lugar esta primavera y ofrecer seguridad a la gente con el aval de sus experiencias de gobierno “como realidad tangible” de que se puede gestionar de otra manera. En resumen, ha recordado a los suyos que “es fundamental poner en tensión nuestra organización para los desafíos de movilización social y electoral”. El desafío es “consolidar los ayuntamientos en los que ya gobernamos y gobernar en más; gobernar en más comunidades autónomas; y ganar las europeas”. En 2020, el objetivo será ganar las elecciones generales y su “reto es ser el próximo presidente de España”.