Jordi Sànchez también claudica. El líder de ANC, en prisión desde el pasado octubre, ha mostrado ante el Supremo su disposición a renunciar a su acta de diputado o incluso a más aspiraciones políticas, si fuera necesario para no seguir en prisión preventiva. El todavía diputado de JxCat ha tomado la palabra ante la Sala para pedir su libertad afirmando que no ha cometido ningún delito ni tiene intención de cometer ninguno, de modo que no hay riesgo de reiteración delictiva, según su defensa. Además, y según fuentes de la acusación popular, Sànchez ha dicho que nunca recibió instrucciones judiciales, y por tanto no pudo haber desobediencia; que es un hombre de paz, y que no ha detentado ningún liderazgo carismático en el "procés", como se le atribuye en los autos que decretaron su prisión. Esta estrategia ya la siguió Joaquim Forn el pasado mes de enero y ahora la Fiscalía se abre a su excarcelación. 

Si finalmente se consuma su renuncia, Jordi Sànchez se unirá a una larga lista de líderes independentistas cuyo desafío al Estado le ha supuesto su final político. Tras su paso por la Justicia, Lluis Maria Corominas, Meritxell Borràs y Anna Simó decidieron no ir en las listas del 21-D. Carles Mundó sí fue, pero renunció posteriormente a su acta. Forcadell, una de las grandes impulsoras de la desobediencia, se vio obligada a dejar su puesto de presidenta del Parlament en favor de Roger Torrent aunque sí tiene escaño. 

El final político también ha llegado para algunos de los diputados fugados a Bruselas. La exconsejera de Enseñanza, Clara Ponsatí, ha abandonado recientemente Bruselas y se ha trasladado al Reino Unido para incorporarse como profesora universitaria en la universidad escocesa de Saint Andrews. Meritxell Serret y Lluís Puig también han abandonado sus escaños, una tabla de salvación a la que ya solo se siguen aferrando Puigdemont y Comín. Sin embargo, algunas voces apuntan a que tarde o temprano los dos dejarán también su acta de diputado para favorecer posibles mayorías simples de cara una investidura que no apoye la CUP o futuros acuerdos en un nuevo gobierno de la Generalitat. 

Junqueras, los Jordis y Forn, por último, han renunciado a la vía unilateral ante el juez en el caso de volver a ocupar un cargo público. Desafiar al Estado no les ha salido gratis a ninguno de ellos.