Pedro Sánchezha activado el botón del "no es no". El fantasma de la división ha cobrado cuerpo sin posibilidad de esconderlo en el armario. No obstante, los interlocutores del secretario general del PSOE le han escuchado decir estos días que la decisión es firme frente al revuelo organizado ante su rechazo a impulsar la candidatura de Elena Valencia para la presidencia del grupo de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo.

Sánchez se ha dicho dispuesto a dar la batalla para situar a una mujer española en el cargo la próxima Legislatura, las elecciones son en 2019, pero no para cubrir la vacante que dejará el próximo mes el italiano Gianni Pittella, al que querría sustituir Valenciano, quien fuese mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba en su etapa como secretario general del partido. El distanciamiento de Valenciano con Sánchez viene desde mucho antes incluso de haber dado en las recientes primarias a la Secretaría General su apoyo a Susana Díaz. Algo se rompió definitivamente entre ambos cuando hizo campaña a favor de Eduardo Madina en la anterior carrera al liderazgo.

Ahora mismo, la cúpula federal apuesta como cabeza de lista en esos comicios por una mujer, a la que además apoyen el resto de delegaciones para presidir el grupo socialista en la Eurocámara. No obstante, se resiste a revelar ningún nombre porque el partido no está confeccionando las listas en estos momentos. En las últimas horas, ha llegado a colarse en las quinielas el nombre de Carmen Calvo como una opción para borrar la sombra de Valenciano. Una posibilidad que ha sido negada con vehemencia por el núcleo duro del secretario general.

De todas maneras, el entorno de Sánchez ha llegado a mostrarse irritado con una campaña en toda regla a favor de Elena Valenciano en la plataforma Change.org, cartas enviadas desde distintas agrupaciones a la sede central del PSOE, voces todas ellas que se escapan a su control como la de Mario Jiménez, quien fuera portavoz de la Gestora y hombre fuerte de Susana Díaz en el Parlamento de Andalucía, que en Twitter se ha dicho orgulloso de que "una parte amplísima del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo haya pensado en Elena Valenciano para que sea su Presidenta. Felicidades compañera por tu liderazgo". La constatación ha enojado al aparato de Ferraz.

En la misma reunión del Grupo Socialista en el Congreso ha tomado la palabra a puerta cerrada Soraya Rodríguez demandando explicaciones ante lo que ha considerado una situación incomprensible e inadmisible, además de contradictoria con la briosa banda sonora de apoyar a mujeres en puestos de responsabilidad. Tras la intervención de la ex portavoz parlamentaria, y según relatan a la Cadena COPE fuentes solventes, nadie más la ha secundado. En cualquier caso, ha quedado constancia del malestar de un sector del partido que observa con preocupación los pasos de Pedro Sánchez y al que atribuyen deseos de hacer pagar a Valenciano los platos rotos de los enfrentamientos con el susanismo.

El freno de Sánchez a cualquier aspiración de Valenciano viene dando pie a rumores, corrillos y llamadas nerviosas entre diputados. "Pedro puede desplegar en el futuro la ley del ojo por ojo con muchos de nosotros", comentaba un parlamentario de a pie. Ferraz, entretanto, ha reaccionado a la presión exigiendo disciplina a las filas, defendiendo su derecho, a hacer valer sus particulares criterios y a mover las piezas que estime mejores para el "nuevo PSOE".