Familia, pareja, vicio o dinero. Todos los fugitivos suelen tener alguno de estos puntos débiles. Cuatro aspectos que son analizados de manera minuciosa por los agentes de la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional para conseguir algún indicio que pueda indicar el paradero de estos sospechosos.

A los agentes de este grupo de la Policía Nacional les llaman los Marshal españoles. Trabajan en Madrid, en Canillas, en uno de los edificios más antiguos que tiene el complejo policial y que se encuentra en plena reforma. La Unidad se divide en dos secciones: La Internacional, que se encarga de dar respuesta a las requisitorias de otros países sobre fugitivos que pueden estar en España y la Nacional, que trabajan con las peticiones de los juzgados españoles independientemente del país en el que se oculten y de la nacionalidad que tenga el sospechoso.

Los países sudamericanos suelen ser el destino preferido por aquellos españoles que han decidido huir, ya que el idioma les permite pasar desapercibido y no llamar la atención. Es por ello que la buena relación entre los agentes españoles y los de estos países resulta clave y determinante a la hora de poder detenerlos.

Fundamental es también la red ENFAST (Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos) que incrementa la seguridad dentro de la Unión Europea mediante una mayor eficacia en el rastreo y el arresto de criminales bajo búsqueda internacional. Se trata de una organización de funcionarios de policía, disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que actúan de manera inmediata para localizar y arrestar a fugitivos.

A partir del 2019, España formará parte del Core Group que se encarga de regular las reuniones de los miembros del Grupo Central y de las Asambleas Generales con representantes de los 28 Estados miembros de la UE, Interpol, el Servicio de Marshals de USA, Suiza y Noruega como observadores.

En nuestro país existen muchos fugitivos pendientes de localizar. Sólo en Madrid se graban alrededor de 15.000 requisitorias al año por lo que es muy difícil detenerlos a todos. Por ello, desde la Unidad de fugitivos se intenta investigar en primer lugar a aquellas personas que han cometido los delitos más graves, como homicidio, abuso o agresión sexual. Aún así el balance es muy positivo. El pasado año se detuvo, tanto en España como fuera de nuestro país, a un total de 407 personas mientras que en lo que llevamos de 2018 son 164 los prófugos de la justicia que han sido arrestados por esta Unidad.