Quintana y Valverde ya tenía en mente estos planes y lo vieron con buenos ojos cuando Eusebio unzué se lo planteó. Su convivencia en la carretera es buena y el murciano ha aceptado su rol, que entiende que el colombiano es el primer espada en el Tour, pero sabiendo que está cerca de su nivel y que también tendrá opciones. Valverde ha dejado claro que el caso Froome-Wiggins no tiene nada que ver con ellos. El papel de los corredores navarros, Erviti y Sanz, variará esta temporada. Erviti seguirá siendo el escudero fiel de Valverde y Quintana en las grandes carreras, pero Enrique Sanz potenciará la virtud que le ha caracterizado hasta ahora, la velocidad. Todavía no está para ser un sprinter puro, pero va a entrenar específicamente para poder convertirse en un corredor peligroso en grupos pequeños.