La primera parada la hacemos en Turquía, concretamente en Estambul. Por supuesto, nos referimos al puente del Bósforo. La particularidad de este puente es que une la parte asiática de la ciudad con la europea, a través del estrecho que lleva el mismo nombre, el estrecho del Bósforo. Fue construido en 1970 y mide un kilómetro y medio.

Cambiamos de continente. Nos marchamos hasta Oceanía. Te presentamos el puente de la bahía de Sídney. Las obras de este puente comenzaron en 1924. Tardaron en construirlo 8 años. Es, junto a la Ópera de Sídney, uno de los símbolos de la ciudad y de todo país. Este puente soporta ocho carriles de automóviles y dos líneas de ferrocarril, e impresiona por su arco, que alcanza los 134 metros de altura.

Otro de los puentes más famosos lo encontramos en Italia. Nos referimos al puente Rialto, todo un símbolo de Venecia. Es muy antiguo, se construyó entre 1588 y 1591 con un diseño del arquitecto Antonio da Ponteu.  Destaca, además de por su belleza, por los comercios a cada lado de sus rampas.

Y de Italia hasta Nueva York. No podía falta el puente de Brooklyn. Este puente es una estrella de Hollywood por sí solo. Durante muchos años fue el puente colgante más grande del mundo. Visita obligada para turistas; por la noche es un espectáculo. Sin salir de Estados Unidos nos marchamos hasta San Francisco. Señoras y señores, el Golden Gate. Este puente ha sido catalogado como el puente más fotografiado del mundo. A sus 2,7 kilómetros de longitud, hay que añadir 227 metros de altura. Es el símbolo más querido y representativo de la ciudad de San Francisco.

Y finalizamos nuestro recorrido en el viejo continente, concretamente en Londres. El Tower Bridge es realmente imponente. De estilo victoriano, es un puente levadizo. Cruza el río Támesis y al igual que el de Brooklyn o el Golden Gate, este puente ha salido en muchas películas, convirtiéndose en uno de los puentes más famosos del mundo.