Corría el minuto 53 de partido, durante la final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia, con el 2-1 en el marcador a favor del combinado francés, cuando Subasic detenía una galopada de Kylian Mbappé. En ese momento, cuatro espontáneos saltaban al mismo tiempo al césped del estadio Luzhniki de Moscú.

Los cuatro individuos que protagonizaron el incidente bajaron vestidos con uniformes policiales y accedieron al césped después de sortear varios controles de seguridad. Una vez sobre el campo, corriendo hacia algunos de los jugadores y fueron reducidos por varios miembros de seguridad. Ninguno de ellos portaba mensaje alguno. 

Durante el 'asalto', la señal de televisión, como viendo siendo habitual, omitió las imágenes y procedió a emitir la repetición de otras jugadas del partido. Pese a todo, las agencias de fotografía acreditadas en la final, y varios espectadores en la grada publicaron imágenes entre las que se vio, por ejemplo, al futbolista croata Lovren reduciendo a uno de estos cuatro espontáneos, o al francés Mbappé tendiendo las manos ante una de las asaltantes.

El partido estuvo interrumpido durante un par de minutos, sin que se registrasen nuevos incidentes ni afectase de cualquier otra manera al desarrollo de la final.

Después, se identificó la autoría de los asaltantes. Se trata de los componentes del grupo ruso de rock Pussy Riot, que ya han tenido algunos 'encontronazos' con el presidente del país, Vladimir Putin, presente en el palco del estadio. El único motivo no era otro que el de llamar la atención del gobierno ruso por algunas reivindicaciones que realiza el grupo desde hace tiempo.

Ha sido el único incidente destacable en cuestiones de seguridad, que ha sido una de las máximas preocupaciones durante el mes que ha durado el Mundial.