Primer Consejo de Ministros del Gobierno de Pedro Sánchez. Resumen: mucho ruido y pocas nueces. Cuando el PP tomó el relevo del gobierno Zapatero presentó de inmediato una treintena de medidas concebidas como indispensables para salir del caos económico generado, pero ayer no hubo grandes novedades.

En realidad, dada la rapidez del cambio de Gobierno, se pensó que comparecería ante la prensa el propio presidente para responder a las preguntas de los periodistas, pero Sánchez se empeñó en que fuese la nueva portavoz y ministra de Educación la que lo hiciese, lo que generó cierto caos, por la lógica improvisación y falta de práctica.

Isabel Celaá habló varias veces de consejo de gobierno en lugar de Consejo de Ministros, se refirió en una ocasión a Quim Torra como ministro y explicó como novedad algo totalmente habitual, a saber, que los ministros asistirán a los consejos de la UE. Como hace décadas,claro.

En su afán por aportar alguna novedad anunció como gran medida la desaparición de los controles del Banco de España a los gastos de la Generalitat, que ya sólo se someterán a la supervisión mensual del informe de la interventora.

El anuncio copó de inmediato los titulares de las agencias sin que quedase claro si se refería a la supervisión instaurada en 2015 como parte de los mecanismos de control del fondo de liquidez autonómica (FLA), a los que están sometidas todas las comunidades; al control de pagos anunciado por Cristóbal Montoro en septiembre de 2017 o a la aplicación del 155 en octubre pasado. La confusión la propició el que Celaa vinculase la medida económica al final de la intrvención del estado en Cat.

“Es consecuencia del levantamiento del artículo 155 de la constiticón” dijo la portavoz. Pero, si ya no hay 155, ¿cuál era la decisión? El eequipo de la Secretaría de Estado de comunicación informó después de que el Ministerio de Hacienda lo explicaría en una nota, pero la nueva ministra María Jesús Montero no tenía nada previsto. Varias horas después, sobre las seis de la tarde, se aclaró por fin que se vuelve a la situación de 2015, acabado el vigor d elas medidas del artículo 155.

En realidad, la medida se podía haber postpuesto y alargado el control de gastos y por esa razón PP y Cs interpelarán al gobierno sobre posible concesiones a la Generalidad de Cataluña para obtener el apoto en la moción de censura.

Hoy Meritxel Batet, ministra de Administraciones Territoriales, comenzará sus funciones con cun acto en Cataluña y ayer, en la ronda de contactos, con los presidentes autonómicos, Pedro Sánchez habló con Quim Torra de un pronto encuentro, antes del verano.

Si hay un instrumento letal en la batalla de Puigdemont contra los españoles -más que los mozos de escuadra, más que la TV3- es el dinero público. Desde ayer, los bancos dejarán de pedir al Banco de España la supervisión de los pagos de la Generalitat.

El problema es que sabemos la intención de gasto del señor Torra. En la toma de posesión de su gobierno anunció que restituiría las embajadas y todas las instituciones cerradas por el 155. Que contrataría a las personas despedidas por esa medida y emprendería una campaña por la nueva república por toda Cataluña. Por lo pronto, se han destinado 20 millones de euros a la televisión.