El extremo izquierdo ruso Alex Ovechkin se erigió en la gran figura de los Capitals de Washington que vencieron a domicilio por 3-4 a los Golden Knights de Las Vegas en el quinto partido de la Stanley Cup de la Liga Nacional de Hockey sobre Hielo (NHL), que ganaron por 4-1 al mejor de siete.

La victoria permitió a los Capitals conseguir su primer titulo de la Stanley Cup en su historia y Ovechkin, que aportó 15 goles durante los playoffs, incluido el segundo de su equipo para el parcial de 1-2, y 12 asistencias, se quedó con el Conn Smythe Trophy al ser considerado el Jugador Más Valioso (MVP) de los playoffs.

Ovechkin, de 32 años, se convirtió en el cuarto jugador europeo que consigue el premio de MVP al superar en la votación a su compatriota en centro Evgeny Kuznetsov, que acabó con 32 puntos en los playoffs, la segunda mejor marca en las últimas 20 ediciones. Solamente su compatriota Evgeni Malkin, que juega con los Penguins de Pittsburgh lo superó al conseguir 36 puntos en el 2009.

Ovechkin también se convirtió en el primer ruso, que como capitán de un equipo de la NHL, consigue el trofeo Conn Smythe Trophy, que también recibieron los suecos Nicklas Lidstrom (2002) y Henrik Zetterberg (2008), de los Red Wings de Detroit y Malkin (2009).

El título también fue el primero que conseguía un equipo profesional de la capital de la nación desde hace 26 años cuando los Redskins de Washington ganaron la Super Bowl XVII de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL). Aunque el D.C. United, de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS) tiene en su poder cuatro títulos de campeón, el último conseguido en el 2004.

Los Capital, además de haber tenido siempre el mejor ataque durante la serie, también aportaron una gran defensa que les aseguró el triunfo histórico y que les proyecta como el equipo a batir la próxima temporada. 

Mientras que los Golden Knights, que jugaron su primera temporada como equipo de expansión, sorprendieron a todos con su rendimiento en el campo, pero al final no pudieron extender más la serie final ante un rival que siempre fue muy superior. A pesar que no pudieron vivir el sueño del título, los Golden Knights confirmaron que están listos para ser un equipo a tener en cuenta la próxima temporada desde el inicio.

Además de haber conseguido el apoyo completo de los aficionados locales desde que llegaron a Las Vegas, su campo del T-Mobile Arena se llenó con una asistencia de 18.529 espectadores, también se ganaron de inmediato el respeto de toda la liga.