Pedro Sánchez ha comenzado ya sus vacaciones. El presidente disfruta de unos días de descanso en Andalucía. Primero en el coto de Doñana, en la residencia oficial de Las Marismillas. Y más tarde en Mojacar, donde acostumbra a pasar los veranos con su familia. Otros años le hemos visto junto a su mujer -lo recordaran- casi camuflado con gorra y gafas de sol en un chiringuito para pasar desapercibido.

Este año le resultará bastante más complicado porque veranea por primera vez como presidente del Gobierno. Dos meses han pasado desde la moción de censura en la que desalojó a Rajoy de Moncloa con los votos de Podemos, el PNV y los independentistas catalanes. Dos meses en los que no había concedido ninguna rueda de prensa en solitario en nuestro país. Sólo lo había hecho acompañado de otros líderes europeos en comparecencias en las que los periodistas apenas pueden hacer un par de preguntas. Hasta ayer, cuando dedicó hora y media a responder a la prensa en Moncloa para decir que no ha tenido momentos difíciles hasta ahora y que España vive un cambio de época.

Da la impresión de que el síndrome de La Moncloa cada vez actúa más rápido. Algo está claro, Pedro Sánchez se cree a pies juntillas el barómetro del CIS de esta semana. Ese que ya se conoce en los mentideros políticos como el CIS de Tezanos, el hasta hace poco dirigente socialista, ahora al frente del centro de estudios sociológicos... Ese sondeo, asegura que el PSOE se ha disparado hasta el punto de ganar las elecciones con casi el 30% de los votos. y diez puntos de ventaja sobre el PP. Sánchez se cree de pé a pá el CIS de Tezanos. Y por eso, insiste en agotar la legislatura

En el capítulo de anuncios, Sánchez insistió en que la exhumación de los restos de Franco se producirá en breve, pero sin concretar la fecha. Y anunció la creación de un mando único para coordinar los trabajos de lucha contra la inmigración ilegal. También informó de que el próximo día 17, el Rey don Felipe estará presente en Barcelona con motivo del primer aniversario de los atentados del verano pasado en Las Ramblas y en Cambrils. Esperemos que en esta ocasión, los independentistas no le vuelvan a preparar una encerrona como la de hace un año. Semanas después de aquello, el desafio independentista llegaba a su punto más álgido con las infames sesiones parlamentarias de primeros de septiembre, el referendum del 1 de octubre y la aplicación del 155. Rajoy contó entonces con el apoyo de Sánchez. Hoy, Sánchez descarta la vía judicial y su apuesta es el diálogo y la ley, mientras el PP avisa de que estará muy vigilante.