El puerto de Palma recibió ayer 3 cruceros que sumaron cerca de 10.000 cruceristas y los negocios del centro de la ciudad lo notaron. Mañana el Parlament balear debatirá sobre la llegada de los megacruceros a Mallorca y el impacto medioambiental que estos pueden tener. Podemos reclamará en la cámara autonómica la necesidad de frenar el crecimiento de la afluencia turística a las Islas estableciendo restricciones en los puertos y aeropuertos.

El portavoz de comunicación de El Corte Inglés en Baleares, Antonio Sánchez, reconoce “ayer se notó que la ciudad estaba muy viva y la afluencia de turistas fue muy importante en el centro de Jaime III”. Desde la patronal del pequeño comercio Pimeco, su presidente Antoni Fuster insiste “que vengan cruceristas es una excelente noticia para el comercio de Palma. Es un tipo de turista que deja muchos recursos económicos y cuanto más vengan mejor”. Pimeco apoya que se escalone la llegada de los cruceros a Palma para evitar la sensación de saturación en la ciudad, pero sin poner en peligro uno de los destinos cruceristas más importantes de Europa y del mundo.

Según un informe de Autoridad Portuaria de Baleares sobre el impacto económico, los cruceros aportan a la economía balear 256 millones y mantienen 5.733 puesto de trabajo directos e indirectos. El gasto medio por crucerista y día es de 72€ si nos referimos al crucerista de tránsito, y de 155€ si nos centramos en el crucerista de base.

El alcalde de Palma, el econacionalista Antoni Noguera, insiste en que están "trabajando de manera conjunta con las navieras y con la Autoridad Portuaria para para evitar la coincidencia en un mismo día de un número exagerado de barcos". Afirma "queremos una ciudad de éxito y no que muera de éxito".

Para este 2018 el Puerto de Palma espera un 5% más de visitas de cruceros que el pasado año. Según las previsiones sólo un día, el 1 de mayo está previsto que lleguen seis cruceros, que será el número máximo durante el año. Por meses, el que más escalas tendrá será octubre con más de 80, seguido de septiembre con casi esta cifra.

El movimiento Assemblea 23-S (integrada por más de 30 entidades) ya ha comenzado sus protestas contra la masificación turística en Baleares y este año se centran en los cruceros. Con escaso éxito y con motivo de la llegada al puerto de Palma del buque más grande del mundo, el Symphony of the Seas, algo más de un centenar de personas se concentraron para protestar por su llegada. Ha sido el primer acto de turismofobia del año en Baleares. Las entidades ecologistas vuelven a cargar contra el turismo de masas y ha criticado el consumo de combustible y las emisiones de buques como éste. Aseguran que “estos buques emiten grandes concentraciones de contaminantes que afectan el aire que respiran, especialmente, los barrios cercanos al puerto", lamentan. Afirman que , las emisiones del Symphony of the Seas equivalen a las que desprenden unos 83.000 vehículos.

Autoridad Portuaria de Baleares está a la espera de que en las próximas semanas se den a conocer los resultados del estudio encargado a la Universidad de las Islas Baleares en el que se analiza el impacto del turismo de cruceros en Palma a través de la instalación de una red de sensores de contaminación y ruido.

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