El portavoz de la guardia civil, Paco Molina, reconoce que se trata de uno de los mayores alijos de cocaína incautados en la historia de Baleares, un total de 17 kilos y medio. A ello, hay que sumarle la incautación de 438.000 euros y siete vehículos, dos de los cuales eran de alta gama.

En el mes de setiembre del año pasado, la Guardia Civil inició esta operación con la intención de identificar y detener a todos los integrantes de una organización dedicada a la introducción y posterior distribución de droga en Mallorca. Para ello utilizaban los dobles fondos que instalaban en los vehículos.

En el mes de junio se obtuvieron los primeros resultados y se incautaron en Barcelona 14 kilos de cocaína, provenientes de Portugal que tenía como destino el puerto de Palma. Además se llevaron a cabo seis registros en la provincias de Sevilla, Madrid, Barcelona y Toledo, donde se detuvieron a cinco personas. Además se incautaron cinco vehículos y uno 240.000 euros en efectivo. Un mes más tarde se incautaron tres kilos de cocaína más en el puerto de Palma, ocultos en el interior de un vehículo.

La última fase de la operación se efectuó el pasado 31 de agosto, donde se realizaron 10 registros en las localidades de Palma, Marratxí, Sencelles y Calvia, y se detuvieron a 10 personas. En esta operación se incautaron entre otras cosas, 10 kilos de hachís y más de 200 mil euros. Molina ha añadido además que con la desarticulación de Son Banya, los traficantes buscan nuevos puntos de venta.

Según Molina “Los puntos de venta de drogas tienden a descentralizarse. Los traficantes se dan cuenta que ya no están en un mismo punto e intentan buscar puntos nuevos a medida que vamos presionándoles en algunas zonas. Esta organización iba a distribuirlo por toda la isla e intentar buscar los huecos que van dejando otras organizaciones”.