La  Fundación Adecco y JYSK  han realizado el tercer informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro, un trabajo que basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas con discapacidad entre 18 y 30 años. El informe detalla que el número de parados jóvenes con discapacidad de Baleares ha aumentado un 21,5% en el último año, mientras que la cifra de desempleados jóvenes sin discapacidad se ha mantenido igual. Entre 2014 y 2017, Baleares registró un descenso del 30,6% en el número de jóvenes parados con discapacidad. Sin embargo, en 2018 la cifra se ha incrementado. Según el portavoz de la Fundación ADECCO, Marc Ponce, el principal motivo del aumento de parados es la disminución de estudiantes una vez terminan los estudios obligatorios. Solo un 2% cuenta con estudios universitarios y un 11% acredita “situación de analfabetismo”. “A medida que aumenta el nivel académico, disminuye la presencia de personas con discapacidad en los centros formativos. Esto complica, aún más, la incorporación de jóvenes con discapacidad al mundo laboral y hace que el desempleo en las Islas Baleares sea más alto que en otras comunidades autónomas”.

Según Ponce, todavía muchas empresas tienen prejuicios a la hora de contratar personas con discapacidad. Desde la fundación piden a las empresas que se formen y se sensibilicen. “Son muchos sesgos y prejuicios. Se acaba discriminando inconscientemente a personas con discapacidad en un proceso de selección y, básicamente, es porque hay mucho desconocimiento. Pedimos a las empresas que se formen y se sensibilicen en cuanto a discapacidad laboral”. El 66% afirma haber sentido discriminación en algún proceso de selección debido a su discapacidad. La tasa de actividad de los jóvenes con minusvalías es de solo el 28%, es decir, el 72% ni tiene empleo ni lo busca.

La Fundación ADECCO ha generado 725 empleos para jóvenes con discapacidad. A todos los que deseen entrar en el mundo laboral les ofrecen las siguientes recomendaciones:

1. No esconder la discapacidad, pero no es necesario reflejarla en el currículum. Lo que se debe poner en valor es la formación, la experiencia y las actitudes.

2. Transformar la discapacidad en una ventaja competitiva. Puede ser que afloren y se refuercen capacidades como el esfuerzo, la superación o la capacidad de sacrificio.

3. Centrar el currículum en las competencias. Es recomendable hacer hincapié en las habilidades y competencias, así como en las actividades extracurriculares.

4. Formarse. La formación abre puertas y existen organismos que becan a jóvenes con discapacidad para apoyarles en su formación.

5. Reforzar la marca personal en las redes sociales. Muchas empresas descartan candidatos si no están activos en redes profesionales.

6. Agotar todas las fuentes de búsqueda de empleo sin límites.