El
recurso interpuesto ante el Tribunal Supremopor vecinos del barrio de Santo Domingo, perteneciente al municipio de Algete (Madrid),
afectados por el ruido del aeropuerto, mantiene en vilo al operador de los aeropuertos españoles,
AENA, y a la patronal madrileña
CEIM.
Existe un temor extendido en el sector de que los cinco vecinos de esta urbanización del norte de la capital podrían
terminar poniendo contra las cuerdas a un gigante del transporte español,
el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, si finalmente prospera el pulso que mantienen con la sociedad pública por considerar vulnerado su derecho «a la intimidad domiciliaria» por los elevados niveles de ruido del aeropuerto.
En los próximos meses,
previsiblemente antes del verano, según fuentes próximas al litigio consultadas por
ABC,el Alto Tribunal se pronunciará sobre este proceso, abierto desde hace más de diez años.
Una
sentencia contraria a los intereses de Barajas provocaría una
fuerte reducción operativa (de hasta el 30%) o, en el peor de los casos, el cierre de una de las cuatro pistas del aeródromo, retrotrayendo la capacidad del aeropuerto a la situación previa a la ampliación de la zona de rodaje de los aviones en 1998.
Más de 40.000 puestos de trabajo y la expansión del aeropuerto madrileño
estarían en peligro.
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