Al menos 30 personas han muerto, decenas han resultado heridas, cientos permanecen desaparecidas y miles han sido evacuadas en Guatemala tras la erupción este domingo del Volcán de Fuego. La ceniza cubre ahora calles y campos. El volcán, situado en el centro-sur del país, es uno de los más peligrosos y violentos de Centroamérica.

El catedrático de geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, ha explicado en ‘La Linterna’ que la zona en la que se encuentra “es especialmente singular: convergen hasta tres placas tectónicas- la Norteamericana por el norte, la de Cocos y la del Caribe- que forman una gran zona de hundimiento que es el origen de la formación de los volcanes en esa cadena que son los Andes de Centroamérica. Hay hasta 18 volcanes activos en todos los países de Centroamérica”.

Este tipo de explosiones, ha relatado, son muy peligrosas debido a su rapidez y a la gran cantidad de polvo, bombas volcánicas y cenizas que producen y que caen en el territorio de alrededor.

Predecir una erupción volcánica sigue siendo asignatura pendiente para los expertos, que mantienen un control sobre la evolución de los colosos. Pero el director de la revista QUO Jorge Alcalde, ha relatado lo complicado que resulta esta tarea: “a pesar de que se monitorizan no es fácil poder definir cuando se va a producir una erupción: hay sistemas para analizar los ruidos que emiten los movimientos de magma bajo la superficie, el estudio de los gases que se produce a la salida de los volcanes, deformidades en la estructura del volcán… todo facilita que se pueda intuir una erupción volcánica, pero nunca predecir con exactitud”.

Olcina ha explicado que la explosión de este volcán es conocida por los expertos como ‘pliniana’ en honor a Plinio el Viejo, el historiador romano que relató la erupción del volcán Vesubio, en el año 79 a.C.

Por su parte Jorge Alcalde ha recordado la antigua y estrecha relación entre el volcán y el ser humano, que a lo largo de la historia ha aprovechado la fertilidad y riqueza de sus tierras para instalarse en las faldas de estos colosos.