Este jueves el tribunal regional alemán ha decidido aceptar la extradición de Puigdemont a España solo por el delito de malversación, no por rebelión. Ignacio Camacho comenta en 'La Linterna' las claves de esta decisión.

“Más vale que se quede en Alemania, que siga vagando con el aura errante de un fugitivo, que el Supremo no acepte la extradición humillante de Puigdemont por el más leve de sus delitos y la deje suspendida en un limbo jurídico. Porque de lo contrario se quebraría el principio de igualdad ante la ley respecto a los procesados que no han huido y el juicio por el golpe de octubre tendría que celebrarse con una especie de doble banquillo.

Pero sobre todo, porque este país tiene una deuda consigo mismo y es la de asegurarse de que el intento de quebrantar su unidad constitucional no quede sin castigo. La euroorden ha fracasado y hay que admitirlo. Lo que no cabe es resignarse a que triunfe la matraca embustera de los presos políticos y a que un Estado democrático pueda ser impunemente desafiado por sus enemigos”.

Ignacio Camacho habla sobre esta noticia: 

La Audiencia territorial de Schleswig-Holstein decidió extraditar a España al expresidente catalán Carles Puigdemont por un presunto delito de malversación de fondos, pero no por un presunto delito de rebelión.

El tribunal indicó asimismo que no percibe inconvenientes o impedimentos a la extradición de Puigdemont, aunque no apunta fechas concretas ni un período en el que se deba llevar a cabo esta operación, un proceso que deberá ejecutar la fiscalía.