Los obispos de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social han hecho pública una interesante y novedosa aportación a un debate trascendental en el mundo de las industrias culturales. La piratería es una lacra social que lesiona los legítimos derechos e intereses de los profesionales que trabajan en la industria del cine, y  pone en peligro la continuidad de no pocas empresas. La pitarería tiene múltiples formas. Entre ellas hay que destacar la que pone a libre disposición, en Internet, productos al margen de los canales de distribución previstos por los productores o cuando se elaboran copias hurtadas que se suelen vender en mercadillos o por la calle. Los obispos de la Comisión de Medios recuerdan que la piratería “atenta contra los derechos legítimos de esta industria, directa o indirectamente, y contra su legítima aspiración al beneficio económico”. La piratería “inflige un daño al bien común de la sociedad”, y alienta un consumo deproporcionado. Uno de las circunstancias que más preocupan a los obispos es el hecho de que muchas personas manifiestan una “cierta indiferencia moral, cuando no una clara justificación”, ante la piratería audiovisual. Los obispos insisten en que esta connivencia supone un grave desconocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia y de los principios morales de una acción responsable.