El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas ha puesto de nuevo sobre la mesa de este organismo internacional el tema de la trata de seres humanos porque el próximo 30 de julio se celebra el Día Internacional contra este tráfico infame. Esta nueva forma de esclavitud se aprovecha del trabajo esclavo de niños, mujeres y hombres en el marco de una economía global que requiere una gobernación al servicio de la dignidad del hombre. Actualmente más de 45 millones de personas están sometidas a esta lacra, a lo largo y ancho del mundo. Son muchas las formas de explotación económica que se aprovechan de la necesidad de ciudadanos pobres, exiliados o desplazados, a quienes se engaña con la única intención de convertirles en mercancía.En esta ocasión la Santa Sede ha subrayado la urgencia de combatir la trata de niños y jóvenes. El Grupo de Santa Marta, credo por la Santa Sede, así como los Congresos de Juristas, Alcaldes y Jueces organizados en Roma han puesto el tema en primer lugar de la agenda internacional. Urge conocer el alcance de esta forma de esclavitud, siempre acompañada de corrupción y violencia. Ignorar qué pasa en el tema de la Trata es una forma de corrupción. La Santa Sede ha pedido dejar de mirar para otro lado. Es necesario un compromiso fuerte para denunciar esta situación y para reparar los males que el negocio criminal de la Trata inflige diariamente a millones de personas en los cinco continentes.