Al respecto, ha puesto de manifiesto que el año pasado se batió el récord de aceite envasado vendido, ya que se superaron los 2,5 millones de litros, algo por lo que “hay que felicitar a las empresas y almazaras de la comarca, porque este dato demuestra todo lo que ha cambiado, a mejor, el sector”, según ha subrayado Francisco Reyes. Un sector al que el presidente de la Diputación le augura “un futuro halagüeño” pese a problemas puntuales como la sequía o la negociación de la PAC, en especial porque “el aceite de oliva se ha convertido, por sus bondades gastronómicas y los beneficios que reporta a la salud, en un alimento básico en la cesta de la compra y las cocinas de cada vez más consumidores en todo el mundo”.

Los consumidores, ha añadido Reyes, “exigen cada vez más calidad, a la par que respeto al medio ambiente a la hora de producir cualquier tipo de producto”, dos ejes “que deben marcar el futuro del sector, que ha de seguir en la línea de mejora del aceite de oliva que producimos, y hacerlo cuidando del entorno que nos rodea, un valor cada vez más al alza”, dos argumentos que, “sumados a sus cualidades gastronómicas y saludables, hacen que nuestros aceites sean cada vez más demandados”.

Ese aumento de la demanda mundial es, a juicio del presidente de la Diputación, “clave para que sea más fácil obtener un precio justo por nuestros aceites, que compense el trabajo, esfuerzo y sacrificios que conlleva obtener un producto de tanta calidad como el que certifican denominaciones de origen como la de Sierra Mágina”, una denominación de origen que es “garantía de calidad y permite que el consumidor final pueda apreciar la calidad de los aceites ligados al sello “Sierra Mágina”.