Es de Mallorca aunque si repasamos los orígenes de su familia, la lista es digna de integrantes de la ONU. Victoria Braquehais, desde 2009 vive en Kanzenze, en la República del Congo, donde además del ébola, la malaria, el cólera y el sarampión son enemigos de la población.

A pesar de las enfermedades, “la falta de agua siempre es el principio del mal de África”, porque no solo la falta de higiene provoca problemas, también “ir a buscar agua a zonas tan lejanas, donde las mujeres son violadas por el camino”. A todo esto, dice Braquehais, que es un país alegre, donde el 60% de la población es menor de 20 años, y “por eso es importante la labor educativa”.

En Kanzenze, el ébola les pilla lejos, pero la sanidad sigue necesitando ayuda: “aquí los médicos generales un día operan de cáncer y otro insertan unos hierros tras un accidente en la mina”. La situación política tampoco les ayuda a prosperar, rodeados de países con dictaduras, y los intereses de la comunidad internacional en el coltán y el oro por el que asegura esta misionera que “si no fuera por los abusos, este país iría mejor porque es rico en materiales y en personas”.

Una tierra que atrapa a Victoria desde el 2009. “Mi deseo es vivir y morir en África”, lo dice riendo, pensando en sus padres que estarán escuchando esta entrevista en directo. Una tierra que huele a árboles de mangos en flor, donde se habla swahili francés que no tiene género masculino y femenino. Una tierra que sonríe, pese a la falta de todo lo básico.