Y lo hacen, no podía ser de otra forma, con argumentos. Afirma el doctor Escribá del Instituto de Medicina del Sueño, que "levantarse a las cuatro de la madrugada no es lo conveniente, hay que levantarse con la luz del sol, nunca antes".

"Lo ideal es estar en sintonía con el ciclo luz/oscuridad" añade el profesor de psicología de la Universidad Complutense y miembro del Grupo de investigación de Estilos Psicológicos, Género y Salud, Juan Francisco Díaz Morales que quiere aclara que el madrugador "no es más inteligente, si acaso, aprovechará más el tiempo".

"Madrugador se nace y en parte se hace pero hay un componente genético y en gran medida depende también de la edad" señala el profesor Díaz Morales que destaca que sí está demostrado que "las personas matutinas suelen ser más ordenadas, más organizados que las vespertinas".

Por ello, esa tendencia extrema a la matutinuidad, depende mucho del sueño, de las horas de sueño remarca el doctor Jesús Escribá, "dormir bien va en función de la exigencia y satisfacción que tengamos con nuestro descanso porque en este caso, en el del sueño, es tan importante la cantidad como la calidad".

La cantidad de horas que una persona duerma depende, sobre todo, de sus necesidades, "se menosprecia el sueño y es como la talla de zapato, cada uno tiene la suya".

Los hombres, los humanos, nos identificamos con dos perfiles, el búho y la alondra; es fundamental adaptar luz/oscuridad al ciclo vigilia/sueño, "hay particularidades y lo que sirve para unos no sirve para otros" insiste el experto en sueño.