La embajada de España en Nicaragua ha advertido a sus ciudadanos de la presencia de parapolicías en diferentes ciudades del país y ha desaconsejado visitarlas, en medio de una crisis que ha dejado centenares de muertos desde abril pasado en protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.

Los parapolicías son hombres de civil, encapuchados y fuertemente armados, que se mantienen ocultos junto a las carreteras o viajan en camionetas y que, según organizaciones humanitarias, realizan secuestros y "ejecuciones extrajudiciales" junto con la Policía Nacional. Desde el 18 de abril pasado Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica que ha dejado entre 317 y 448 muertos, la más sangrienta desde la década de 1980, también con Ortega como presidente, quien reconoce 198 fallecidos.

Roberto Dávila, un ciudadano nicaragüense, ha denunciado en 'Herrera en COPE' la represión silenciosa que vive Nicaragua y que ya se ha llevado por delante a más de una centena de muertos, entre los que se encuentra su hijo, Kevin Dávila: “El régimen no quería que se manifestara y por eso empezaron a disparar” explica. “A mi hijo le alcanzó una bala que venía de un francotirador y estuvo luchando entre la vida y la muerte durante 6 días. Sé que me escuchaba y lloraba en sus momentos de agonía”.

En el momento de la manifestación explica “Daniel Ortega estaba en Cuba, y se dice que fue su mujer la que dio la orden. Nicaragua ya no es segura, siguen matando y torturando a la gente. Han disparado contra niños y ancianos”. El padre de Kevin Dávila insiste en que Ortega “no cuenta con ningún apoyo, solo con la gente que dispara. Los que se manifiestan son estudiantes, no delincuentes. Es un movimiento cívico que quiere levantar una bandera”.