En pleno corazón de la Ribera del Duero, concretamente en Pesquera de Duero (Valladolid), se encuentra una de las bodegas más representativas de la Denominación de Origen Ribera del Duero: Bodegas Emilio Moro.

Este miércoles Carlos Herrera y todo su equipo se han trasladado a esta zona vallisoletana para descubrir las claves del éxito de una de las bodegas con más de 120 años de historia en la que se une la tradición, innovación y responsabilidad social a través de su Fundación.

Bodegas Emilio Moro es el fruto del esfuerzo y la pasión de tres generaciones, con una cuarta ya formándose, convirtiéndose en el sello de una gran familia y en referente mundial de esta Denominación de Origen traspasando nuestras fronteras.

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José Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro, ha estado en 'Herrera en COPE': “Mi abuelo fue el que transmitió a mi padre ese amor por hacer el vino, y ahora nosotros tenemos esa pasión. Gracias a ello nos llegan reconocimientos de ámbito internacional”.

“Antes, sacaban el alma del campo y lo transportan a la botella. Ahora la tecnología ha evolucionado mucho. Había vinos que había que partirlo casi con cuchillo y tenedor. Hoy los vinos son más sutiles y elegantes, el gusto del consumidor ha evolucionado. La concentración, el carácter y la fuerza siempre tienen que salir de cada botella”, afirma José.

El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, D. Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este a su vez lo transmitió a sus hijos. Hoy en día, José y Javier Moro, nietos, se hacen cargo de la bodega a la que ya se está empezando a incorporar la cuarta generación de la familia.

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FUNDACIÓN EMILIO MORO

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Bodegas Emilio Moro traspasa fronteras. José Moro está volcado en esa responsabilidad social y acaba de regresar de México, donde ha visitado el proyecto ‘Agua Segura en Escuelas’ que ha puesto en marcha su Fundación con el fin de proveer de agua potable a profesores y escuelas rurales de algunas localidades del país azteca.

“El vino ayuda al agua”. Este es el lema del proyecto. “Estamos poniendo nuestra gota de vino para que haya un reparto equitativo de agua potable mediante la recogida que estamos haciendo de la lluvia”. “El año pasado dimos apoyo a 68 escuelas y esta año vamos ya por 36.000 docentes”, cuenta José.

Bodegas Emilio Moro tiene una filosofía muy clara. Tiene la suerte de tener una tierra con unas condiciones climatologías perfectas y con unos procesos bastante consolidados. “Lo importante es que hemos ido aplicando conocimientos e innovación que están viendo sus frutos”.

“Hemos desarrollado una app para el móvil con la que nos comunicamos con nuestros viticultores. Este año hemos incorporado mediante drones si hay alguna carencia, si hay alguna enfermedad. Nuestro ingeniero de campo es el que maneja el dron. Yo puedo ver mi app y ver cómo están nuestras tierras y las analíticas”

La herramienta facilita el trabajo de los viticultores en el campo, ya que sus mapas se actualizan continuamente mediante satélite, y muestra de forma instantánea cualquier modificación sobre el terreno que pueda incidir directamente en la calidad o la producción de la uva.

UNA NUEVA APLICACIÓN MÓVIL

La aplicación permite registrar información de todas y cada una de las parcelas de la bodega inmediatamente -algunas separadas por muchos kilómetros- y saber sus últimas condiciones climáticas, el estado sanitario y la calidad de la uva, la cantidad de producción y el rendimiento del viñedo. Esto permite, entre otras cosas, ahorrar tiempo en desplazamientos innecesarios y tener un mayor control de la cosecha, pudiendo, por ejemplo, tomar medidas urgentes en caso de situaciones extraordinarias, como pueda ser la aparición de una plaga o enfermedad o la caída de una helada que perjudique de forma irremediable a toda la producción

“Recorro parte de España y medio mundo, soy un poco el que inició toda la parte comercial tan mundialmente conocida”, comenta Javier Moro, hermano de José de Bodegas Emilio Moro. “Hemos creado un vino de calidad y precio excelente, buscamos darle un balance entre lo que cuesta y lo que estás degustando”. “Por eso hemos sido seleccionado como uno de los mejores 100 vinos del mundo por la revista Wine Spectator.

EL PRIMER VINO ECOLÓGICO

José y Javier Moro han llevado las bodegas que heredaron de su padre a lo más alto. Sus vinos, algunos muy premiados, se venden en más de 50 países. Ahora lanzan La Felisa, su primer vino ecológico, en homenaje a su madre.

Felisa ha sido el eje de la familia Moro y ahora sus hijos le rinden homenaje como mejor saben: con un buen caldo. Pero no es un vino cualquiera, La Felisa es el primer vino de la marca ecológico y libre de sulfitos añadidos: "Ha sido una manera de compaginar nuestras demandas comerciales, porque hay un mercado ecológico muy importante para el sector del vino, y hacerle un merecido regalo a nuestra madre, porque ella es la cara menos visible de las bodegas, pero absolutamente fundamental".

El abuelo Emilio plantó las primeras cepas en Finca Resalso en 1932, año en que nació su hijo Emilio, que convirtió la bodega en una empresa moderna. Los nietos del primer Emilio Moro han sido los artífices del salto internacional y han convertido la pequeña bodega en una empresa de grandes dimensiones. Son ellos quienes en 1989 etiquetan la primera botella con el nombre de Emilio Moro. Su última creación, La Felisa, es un homenaje a su madre.