El capitán de la selección española de rugby, Jaime Nava, reconoce que el Mundial era su sueño: “para mi era la guinda a mi carrera”. Pero ayer el World Rugby ratificó la patada para el equipo. España se queda sin disputar el Mundial de Japón 2019 por alineación indebida.

Llega en un momento en que todo el equipo remaba en la misma dirección y ya no hay marcha atrás. “Hemos agotado todas las vías a nivel judicial”. Pese a esa alineación indebida, que es un error administrativo, el capitán asegura que “los jugadores se sienten de aquí, franceses, neozelandeses y un fitjiano”. Y eso también en parte gracias a sus grandes discursos donde la palabra “familia” siempre se repite.

El rugby está cada vez más profesionalizado, y Nava le augura un gran futuro. Aunque le confiesa a Carlos Herrera que “algunos códigos del rugby se los han saltado con los años”. Es su pasión y confía hoy en el rugby más que nunca, confirmando lo que sospechábamos: “es una guerra táctica que se queda en el campo y las leyes evolucionan cada año para proteger al jugador y que haya menor impacto”. Un derroche de agresividad que termina siempre, en unas cañas.