Esa primera causa, la psicopatía, en el caso del 'violador de La Paz' es evidente, "tenemos una trayectoria muy larga vinculada además con actos de extrema violencia. El psicópata es la persona idónea para hacer esto porque no tiene ni remordimientos ni empatía y puede cosificar a la víctima. Un violador en serie y asesino es uno de los tipos criminales comunes más grandes que hay" asevera el profesor de Criminología, Vicente Garrido, que analiza la puesta en libertad del "violador del ascensor" que ha vuelto a violar tras salir de la cárcel gracias a la derogación de la Doctrina Parot.

"Este hombre como buen psicópata tiene un gran deseo de dominio y de control porque el psicópata al estar desprovisto de sentimientos humanos básicos  relacionados con el amor, la responsabilidad, el sacrificio, la lealtad... sustituye esa carencia de emociones morales normales por el dominio, su forma de relacionarse con el mundo es a través del control y el poder y en este caso el sexo está unido a la violencia, hay una parafilia donde se produce una trasmisión de lo que debería ser un placer sexual vinculado a una relación amorosa a una relación de violencia, entonces este hombre necesita de todo el terror que produce para sentir de una manera más intensa el acto sexual" segunda causa que a un individuo así le lleva a delinquir, explica el profesor Garrido.

Y el tercer indicador, el ' doble incidente', hay agresores que violan y los hay que matan, "este hombre de acuerdo con la ultima clasificación de asesinos en serie del FBI,  este hombre sería un asesino en serie. Tendríamos que ser conscientes de que hemos soltado a un violador múltiple y también a un asesino en serie".

"Menos mal que con la reforma reciente del Código Penal el Estado ya tiene armas para defenderse de los asesinos en serie. Este parecía un país de broma. Hoy en día tenemos la posibilidad, si el Estado lo considera oportuno, tenerlo entre rejas mucho tiempo. En España siempre hemos tenido un poco de vergüenza, hemos cometido un error muy grave no darnos cuenta de que la mayoría de los presos merecen una segunda oportunidad, es verdad que los violadores en serie no son los que más reinciden, pero hay una minoría de delincuentes con psicopatía más parafilia y los asesinos en serie que son harina de otro costal y el Estado debería saber cuándo hay que ser duro con los duros y blando con los blandos y ese punto no ha llegado. Como si tener a un asesino en serie 40 años en la cárcel fuera un vergüenza, dónde está el problema en esto" se pregunta el experto en Criminología.