Carmen Avendaño lleva mas de 25 años luchando contra los narcos en Galicia. Ella misma tuvo que ver como dos de sus cinco hijos se enganchaban a la droga.

Carmen, que ha peleado durante más de 30 años para que se persiguiera a viejos capos gallegos de la talla de Sito Miñanco, Manuel Charlín, Laureano Oubiña, asegura que la  detención de Charlín -patriarca del clan de los Charlines- le ha “sorprendido y roto la lógica".  Me produce repulsa que un señor de 85 años con todo el patrimonio que tiene se vuelva a meter en esa idea. Es una falta de ética y sensibilidad total”, reconoce en 'Herrera en COPE'.

Esta madre coraje, que ahora  preside la Fundación Érguete,   cree en la reinserción pero duda de que se pueda dar en “gente sin escrúpulos que después de visualizar el daño que hicieron y siguen haciendo, no son capaces de dejarlo”. “Amasar dinero les produce seguridad” y les supone “un reto de poderío", señala.

Recuerda aquellos “duros" años 80 y 90. “Fueron épocas muy difíciles. Había mucho paro y dificultades. Los marineros  malamente podían mantener a sus familias. En ese momento se presentaron como benefactores y romper eso fue difícil. Las familias no se daban cuenta de que estaban matando a sus hijos. Aquellos años fueron de arrasar a cientos de jóvenes que se murieron por el consumo”.

Ahora considera que la droga hace menos daño a los jóvenes gallegos “se ha creado una mayor conciencia,  las propias personas que se inician en el consumo recurren más a los servicios para pedir ayuda. No es tan trágica la situación más que nada por conocimiento, pero sigue siendo uno de los problemas más graves de la juventud actual”.

Pese a su intensa lucha, Carmen reconoce que no le ha supuesto mucha amenazas por parte de los clanes. "Me pudieron hacer desaparecer pero era un movimiento muy de base de la sociedad”, reconoce. 

Hace unos días fue desestimada la demanda interpuesta por otro capo de los narcos, Laureano Oubiña contra Carmen Avendaño, después de unas declaraciones de la presidenta de Érguete en las que aseguraba que traficaba con otro tipo de drogas, además de las por las que había sido juzgado.