Por supuesto marcó la historia de la Iglesia. Hoy, católicos y protestantes, podemos hacer memoria conjunta, como ya hiciera el Papa Francisco en la ciudad sueca de Lund en enero de 2016.

La figura de Martin Lutero despierta pasiones, ¿cómo mirar a quien hace 500 años rompió la unidad del cristianismo en este momento de la historia?

El obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, es un estudioso de la Reforma y la Contrarreforma, y conoce a la perfección la teología protestante, “la obra de Martin Lutero no es polémica por casualidad sino que su obra, lo quisiera él o no, tuvo como consecuencia una división dramática de la Iglesia y eso está ahí, pero en lo que estamos ahora, después de 500 años, es que podemos católicos y protestantes hacer una celebración conjunta; los católicos no tenemos que celebrar la Reforma, no podemos, pero sí celebramos conjuntamente a Jesucristo porque católicos y protestantes creemos que Jesucristo es el único salvador de los hombres. Hace 100 años no se podía hacer y ahora sí. Antes era una ocasión para que desde Alemania o desde otros sitios se insultara al Papa, a Roma.... Ha habido un trabajo del Espíritu Santo que nos ha acercado y a Lutero, ¿cómo le podemos ver? La Iglesia nos pide que seamos conscientes de qué nos une a los luteranos y a Lutero mismo, la fe en Jesucristo como único salvador".

Ha habido diálogo en muchos niveles, evidentemente teológico, de la autoridad de la Iglesia, también hay un diálogo de la caridad y de la vida cotidiana en países donde católicos y protestantes conviven, ¿en qué punto estamos en el aspecto teológico y qué dificultades hay a día de hoy? "Ha habido avances y avances oficiales no solo entre teólogos particulares sino que la Federación Luterana mundial y el Consejo Pontificio para el diálogo ecuménico han llegado a un acuerdo y han firmado en 1999 un acuerdo sobre la justificación de la fe. Y leyendo ese acuerdo y otros teólogos como el francés Louis Puyer, tenemos un gran patrimonio común que es: solo Dios nos salva. Dios es el origen y el fin de nuestra vida, nos ha dado el don del ser y el perdón y esto por pura Gracia suya; Dios nos ha creado porque ha querido y estamos salvados porque Dios nos ha envidado a su hijo, Jesucristo, para darnos eso que no nos merecemos, su sangre que nos libera de nuestros pecados, solo Cristo, solo la Gracia nos salva y en esto estamos de acuerdo. Nosotros no nos salvamos a nosotros de ninguna manera, ¿cómo nos salvamos?, ¿cómo colaboramos? Asintiendo a su obra salvadora. Asintiendo, esa es nuestra colaboración y luego esa fe obra por la caridad. Y ¿por qué no estamos unidos completamente de una manera visible en una única iglesia? Porque hay puntos que nos separan que es fundamentalmente la comprensión de la Sagrada Escritura", explica Mons. Martínez Camino.

"La Sagrada Escritura nunca está sola, pensamos los católicos; la Sagrada Escritura no es la revelación de Dios, es la testificación autorizada e inspirada de la revelación de Dios que es Jesucristo. La Sagrada Escritura puede incluso interpretarse mal, incluso en contra de la revelación como lo han hecho a lo largo de la historia muchos personajes que se han basado en la Escritura para sacar conclusiones contrarias a la función salvadora de Cristo, a su divinidad, incluso conclusiones de ateísmo. Entonces la sola Escritura no basta y la Escritura nunca está sola, la revelación de Dios es Jesucristo y esa revelación será personalmente, él es la persona del Hijo eterno de Dios, también hoy la revelación nos llega por persona no por un libro aunque sea un libro sagrado. El cristianismo no es una religión de libro, entonces ahí están los testigos que él ha enviado y esa es la realidad apostólica de la Iglesia. La Escritura no está sola, es de la Iglesia, nada puede estar en contra de la Escritura, pero la Escritura debe ser entendida en el seno de la Iglesia apostólica" destaca el Obispo auxiliar de Madrid que afirma que "nadie debe escandalizarse porque católicos y protestantes nos reunamos para alabar a Dios y darle gracias por Jesucristo, que nos podamos unir los que creemos en Jesucristo para dar gracias a Dios porque es bueno, porque es misericordioso. Esto lo puso muy de relieve el Papa Benedicto en la casa de Erfurt donde Lutero se ordenó sacerdote y donde empezó su interpretación de la Sagrada Escritura. Esto es un gran paso adelante".