Las personas mayores que pasean por las playas y pantanos, pescan en riscos o se caen en pozos han sido el grupo de edad con mayor número de víctimas por ahogamiento en espacios acuáticos en los cinco primeros meses del año, el doble de las que hubo en el mismo periodo de 2017.

De las 90 personas que han perdido la vida por este motivo hasta el 31 de mayo, 23 eran mayores de 75 o más años, mientras que en 2017, fueron 12, de 141 víctimas que hubo en ese periodo, según el último informe de ahogamientos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

La coordinadora del informe, Jessica Pino, ha explicado a Efe que "los mayores suelen ir solos en sus paseos o cuando realizan actividades como la pesca o trabajos en huertos y sufren caídas accidentales e incluso sufren complicaciones por otras patologías que padecen".

Respecto al aumento de los mayores ahogados respecto al año anterior, la experta no tiene una explicación aunque sí destaca que en los últimos años ha habido un descenso de los ahogados en la población general y un aumento en los mayores fallecidos.

"Quizá las campañas de prevención y sensibilización deberían dirigirse más hacia los mayores, que están más expuestos al riesgo pero no son conscientes del peligro al que se exponen; piensan que ellos están bien y siguen haciendo lo que hacían años atrás y algunos desaparecen por pérdidas de memoria", ha señalado.

"Muchos de ellos no saben nadar o creen tener más capacidad de la que realmente tienen y se bañan en zonas sin vigilancia", ha añadido Pino, encargada de registrar cada uno de los casos de ahogamiento en espacios acuáticos.